Había poco movimiento en la sede de Vamos Uruguay (VU) cuando el precandidato presidencial colorado Pedro Bordaberry llegó, cerca de las 18.00. Se mostraba tranquilo y relajado mientras hablaba con la prensa en las horas previas a que se conocieran los resultados. Pero cerca de las 20.30 empezó a manifestar su ansiedad.

Recién pasadas las 19.30 ingresaron algunos jóvenes con banderas, y una hora después, el salón se llenó. Militantes y dirigentes seguían atentamente la transmisión de los informativos sobre las elecciones internas.

Mansa

Parecía una reunión de amigos en la que Washington Abdala hacía de animador. El ala batllista del Partido Colorado aguardaba los resultados electorales en un clima distendido. Nada hacía pensar que aquello era una comando electoral de un candidato presidencial. En dos piezas separadas, unas 70 u 80 personas se reunían en torno a dos televisores. No era visible un centro de cómputos ni computadoras. Sólo el ex diputado pachequista Alberto Iglesias tomaba notas esporádicamente y no conversaba con nadie. El precandidato José Amorín Batlle, destacaba algo que luego sería un dato: la baja concurrencia a votar. Si bien no tenía a priori una estimación de los votos que había obtenido, dijo estar muy satisfecho por el desempeño de las listas que lo apoyaban. Y luego el ritual pintoresco de ver los primeros votos. Se festejaba cada uno de los que apoyaban al candidato de Propuesta Batllista, y si bien no había desaprobación explícita, los de Pedro Bordaberry eran fríamente recibidos. A las 20.30, Abdala reclamó cambiar de canal: “Poné el 12 al menos, que trabajo ahí”. El otrora senador colorado era el referente de quienes estaban en torno a la estufa a leña: los militantes de la 123456 eran mayoría en la casona de la calle Sarmiento. De pronto, varios consideraron que lo mejor era trasladarse a la casa del Partido Colorado. Se fueron pasando la voz y salieron a la fría noche montevideana.

Si bien los primeros datos brindados por el politólogo Óscar Botinelli despertaron algunos aplausos, la algarabía se desató cuando su colega Luis Eduardo González dio ganador de la interna colorada a Bordaberry con 78%, contra 22% de su oponente, el senador José Amorín Batlle.

Sobre las 21.00, Bordaberry reapareció en el salón y se hizo camino hasta el estrado en medio de cánticos enardecidos. La militancia cantaba desaforada que volverían a ser “gobierno como la primera vez”, y Bordaberry respondía a su hinchada desde el estrado agitando los brazos.

Agradeció el trabajo realizado por sus militantes y felicitó a los que participaron en otros sectores y partidos. Sobre el gran porcentaje que obtuvo su sector en la interna colorada, expresó: “Sentimos que el mensaje de las urnas ha sido en favor de la renovación y del cambio en Uruguay. Una renovación política que nos lleva a ser de propuesta y no de protesta”. Señaló que “los uruguayos también están votando por un nuevo liderazgo”, que implica “no solamente cambiar nombres, sino hacer cosas distintas”. Dijo que la etapa que se inicia ahora -con un candidato por lema- es “distinta” y “dura”, “en la cual vamos a tener que redoblar el esfuerzo”, y se manifestó confiado en que les va a ir “muy bien” en las elecciones nacionales de octubre y noviembre.

Sobre la baja votación que se registró ayer, indicó que puede ser un “mensaje de que hablamos mucho de los candidatos y las personas, y poco de las propuestas”, y adelantó que está dispuesto a debatir “con el que sea sobre el proyecto de país. Con respeto y con altura, vamos a hablar de propuestas y de ideas”. Aspira “a que los candidatos de otros partidos debatan con nosotros, no para atacarnos personalmente sino para que en el libre intercambio de propuestas e ideas surja un Uruguay mejor” porque “no tenemos temor ni nada que ocultar”. “Estamos convencidos de que tenemos la mejor propuesta”, sentenció.

Se despidió de los presentes para “volver a tender la mano”, a los otros precandidatos colorados en la Casa del Partido.

Unidos

La casa ya estaba repleta cuando llegó el ex presidente Julio María Sanguinetti, cerca de las 21.30. Lo recibieron con aplausos y coreando su nombre.

Había varias banderas en apoyo a Amorín y algunas con la lista de Washington Abdala. Los militantes de VU y sus banderas llegaron junto con su líder a las 22.00, justo en el momento en que Luis Lacalle Pou, ganador de la interna blanca, iniciaba su discurso que se transmitía por la televisión. Parado junto a Amorín y a Manuel Flores Silva -el otro precandidato colorado-, Bordaberry, un tanto afónico y emocionado, gritó: “Viva el Partido Colorado”. “No creo en la unanimidad sino en la unidad”, concluyó.