La situación que se vive en la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) en el marco de la elección de rector de la Universidad de la República (Udelar) genera polémicas e incertidumbre acerca del futuro político en la institución, no sólo por saber cuántos delegados a la Asamblea General del Claustro (AGC) apoyarán a uno u otro candidato, sino por lo que ocurrirá cuando alguno de los dos asuma el rectorado. la diaria consultó sobre ese tema a ambos candidatos. Roberto Markarian prefirió no hacer declaraciones y se limitó a decir que prefiere aplicar desde ahora un punto de su plataforma que plantea una “búsqueda de nuevas formas de participación democrática, del irrestricto ejercicio de la crítica y la autocrítica, y del libre funcionamiento gremial”.
Por su parte, Álvaro Rico dijo que todavía no da por hecho una partición de la FEUU y que, por lo tanto, no revisará “ninguna decisión” acerca de su postulación al rectorado. De todas formas, consideró que la situación significa “un dato muy importante para el proceso de democratización de la elección del rector”, lo que constituye uno de los objetivos que se propuso cuando se decidió “evitar la ‘candidatura única’” y presentar la suya. Rico señaló que el plebiscito estudiantil “permitió la expresión sobre uno u otro candidato de más de 4.000 estudiantes, tanto en Montevideo como en el interior”, pese a que se dio “en difíciles circunstancias de organización”. Además, dijo que el acto eleccionario “fue realizado con las máximas garantías a través del control de actas y escrutinio realizados por la Corte Electoral”.
Consultado acerca del impacto de esta situación en el próximo rectorado, el candidato prefirió no opinar sobre la interna del orden estudiantil, aunque definió algunos pronunciamientos públicos como “preocupantes”. Además, dijo que entiende estos planteos “como parte de una estrategia de polarización hasta el borde final, que busca así poner en los otros compañeros el peso de la responsabilidad y decisiones sobre el conjunto de la institución”. “Pero esas declaraciones estudiantiles no son todavía -y espero que no lo sean- una decisión final a adoptar en el mismo momento de votar al nuevo rector. En todo caso, entiendo que esa decisión ya no sería en apoyo a tal o cual candidato y su programa, sino en contra de una tradición unitaria. Ese paso repercutiría en toda la Universidad y no sólo en la gestión del próximo rector”, añadió.
Nada dicho
La delegada estudiantil a la AGC por Facultad de Ingeniería, Valeria Sánchez, difundió una nota en Facebook en la que tilda de “tribunero” el discurso de viejos y actuales militantes de la federación que señalan que “Markarian deberá cargar con el peso de haber ‘quebrado a la FEUU’”. Según añade, ni Markarian ni los delegados a la AGC de los centros que desconocen “la maniobra llevada adelante por el brazo reformista de la FEUU” son responsables de la situación actual, generada por “una acumulación de hechos políticos de los que hay que hacerse cargo”. “La unidad no está en votar en bloque sino en respetarse”, remata.
Mientras tanto, el resto de los órdenes sigue definiendo sus posturas, y aún no es seguro que alguno de los dos candidatos alcance los 53 votos necesarios (la mayoría absoluta) para ser nombrado rector en la sesión de la AGC de mañana, la segunda convocada por este tema. Hasta el momento, los cálculos indican que Markarian llevaría una ventaja de cinco votos, pero los delegados de la AGC que se inclinen por él mañana no superarían los 47. De todas formas, aún hay delegados que no tienen una postura definida, como los tres del orden docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, que hoy realiza un plebiscito para mandatar a sus representantes. Una de las tres listas docentes de Facultad de Agronomía tampoco definió su voto, al igual que los dos egresados de la Facultad de Ciencias.
Pero los cálculos indican que los votos que definirán la elección son los de la Corriente Gremial Universitaria (CGU), que cuenta con cuatro votos en la delegación estudiantil y los de agrupaciones afines de docentes y egresados, que hacen un total de 11 sufragios. Hasta el momento la CGU no ha tomado postura, y sus integrantes no descartan ninguna de las tres opciones posibles -votar por Rico, por Markarian o retirarse de sala y no elegir a ninguno de los dos- ni que las delegaciones tomen posturas distintas.