La calle Behring, en el barrio Lavalleja de Montevideo, fue cortada para llevar a cabo la presentación del proyecto Ribera del Miguelete. La actividad que se desarrolló ayer congregó a vecinos que viven en distintos asentamientos de la zona. La mayoría eran mujeres. Los niños también eran numerosos. Éstos no dudaban en posar frente a cuanta cámara de televisión se prendía, y cuando no eran enfocados se reubicaban detrás de las autoridades entrevistadas. Entre otros se encontraban la intendenta de Montevideo, Ana Olivera; el ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Francisco Beltrame, y el coordinador del Programa de Mejoramiento de Barrios (ex PIAI), Fernando Cabezudo.
Antes de que comenzara la ceremonia y mientras muchos vecinos disfrutaban del solcito de las tres de la tarde, la diaria conversó con algunos de los presentes sobre los motivos por los que habían sido convocados. Una abuela que llevaba a su nieto agarrado de la mano comentó entusiasmada: “¡Para respaldar a Tabaré, para que vuelva a salir!”. Sobre el proyecto puntual reflexionó que “seguramente” plantearían “terminar la costanera” o habilitar el puente Santos, que no se puede cruzar desde hace años porque allí se construyeron algunas de las viviendas precarias. Resumió que vive en la zona desde hace 31 años y que ella y los vecinos están “conformes” con la construcción de una calle que antes era de barro y ahora es de material. “Yo pedí que nos sacaran de la tierra y lo hicieron. Estamos conformes, y si estamos conformes tenemos que hacer méritos para que vuelvan a ganar”, concluyó.
Una sensación similar tenían María y Beatriz, dos veteranas que también aguardaban que comenzara la oratoria de las autoridades. Dijeron que “suponían” que habían sido convocados por el tema “arreglo de calles” y “regularización de casas”. “Porque ¿no es que hablan de Asentamiento Cero?”, preguntó con ironía María, mientras que Beatriz le respondió: “Sí, eso es lo que dice Lacalle [Pou]”. María reconoció que ayer había “olor a política” y manifestó ser una de las primeras militantes a favor de una tercera reelección del Frente Amplio: “Decímelo a mí, que soy de La Teja y revolucionaria a morir”.
En obra
El arroyo Miguelete y las calles Bulevar José Batlle y Ordóñez, Behring, camino Máximo Santos, Pedro Fuentes, camino Edison, Arq. Juan Giuria y Bulevar Aparicio Saravia delimitan la zona de intervención. Dentro de esta área están comprendidos los asentamientos Lavalleja Sur, Nuestra Esperanza, Giuria y los complejos Aquiles Lanza, Jardines de Behring (40 Semanas), Edison y Behring.
Según se informó desde la Intendencia de Montevideo (IM), en la zona viven 3.400 personas y hay unos 870 hogares.
Entre los objetivos propuestos en el proyecto se encuentra la integración de los diversos asentamientos entre sí y con el resto del barrio Lavalleja, la recuperación de la trama urbana próxima a la ribera del Miguelete, así como la recuperación ambiental en el tramo del arroyo comprendido entre Aparicio Saravia y Batlle y Ordóñez.
En un plazo de 12 meses, los vecinos, guiados por un equipo privado multidisciplinario, deberán acordar cuáles son las necesidades del barrio y qué particularidades tendrá el proyecto. La intendenta remarcó que para que se concreten obras en la zona, 70% de los vecinos deberá estar de acuerdo con la propuesta.
Mónica y Ángela, dos pobladoras de la zona, estuvieron de acuerdo en que el barrio necesita reparación de calles, colocación de luminarias en la vía pública, y que quienes están sobre la ribera sean realojados, “porque viven en ranchos”. Asimismo, señalaron que la creación de un espacio común puede posibilitar el diálogo entre los habitantes del lugar y fomentar un intercambio directo sobre las necesidades que tienen.
Cabezudo explicó que no hay fechas previstas para el desarrollo de las obras, puesto que una vez que finalicen los 12 meses previstos se abrirán las licitaciones, lo que implicará un mínimo de entre seis y ocho meses. ´
El dinero no es todo
Tanto Beltrame como Cabezudo se refirieron a la “inviabilidad” de la iniciativa del plan de gobierno del presidenciable blanco Luis Lacalle Pou, Asentamiento Cero, que consiste en eliminar los asentamientos en un plazo de diez años. El coordinador del programa de Mejoramiento de Barrios remarcó que la integración social “no se logra solamente con dinero”.
Sobre este mismo punto, el ministro explicó que “estos procesos apuntan no solamente a hechos físicos”, sino también al “involucramiento de la población”. “Es difícil prever estrictamente los plazos en que esta integración puede llevarse a cabo”, acotó.
Beltrame detalló otros aspectos que enlentecen el proceso de realojamiento de personas en situación de vulnerabilidad. Si bien muchos son predios fiscales, también hay terrenos de privados, lo que implica una negociación económica que no siempre es exitosa. La falta de medios fue otro de los puntos que mencionó, ya que si se efectuaran llamados a licitaciones para todas las obras que se necesitan para la erradicación de los asentamientos, no habría la cantidad suficiente de empresas disponibles para llevar a cabo las obras, lo que además encarecería los costos.