A las 17.00, decenas de personas empezaron a concentrarse en la explanada de la Intendencia de Montevideo (IM) para celebrar el comienzo oficial del Mes de la Diversidad, que desde hace algunos años se festeja en setiembre y que se cierra con la ya tradicional marcha que convoca a miles de personas. En realidad, la Fiesta de la Diversidad, nombre que llevó la actividad, había sido convocada para el viernes, pero debió suspenderse por lluvia. El público ayer era más bien adolescente, e incluso podían verse varias caras pintadas con las iniciales de Justin Bieber. El motivo fue que el club de fans del cantante en Uruguay convocó a la actividad para grabar un video, que mostró cómo los jóvenes hicieron pogo mientras se escuchaba a todo volumen uno de los temas del artista.

También podían verse algunos carteles que llevaban los adolescentes, como los que ofrecían “abrazos gratis” o el de una muchacha en el que explicitaba la búsqueda de un novio. De a poco iban llegando personas con algunos años más, como una señora que pese a tener canas bailaba los temas que ponía el DJ con la misma euforia que los adolescentes. La diversidad también llegó a los colores de pelo de quienes estaban en la explanada, que iban desde el amarillo hasta el celeste y el violeta.

Lo hecho

En diálogo con la diaria, la coordinadora de la Secretaría de la Mujer de la IM, Elena Ponte, evaluó positivamente los “avances sustantivos que se han dado en los últimos años”, y recordó que cuando comenzó a trabajar en la IM, en 2006, se acercaron organizaciones de la diversidad sexual “que ya tenían una larga tradición como activistas, pero entendían que faltaba un ámbito institucional para poder articular sus demandas”. En ese momento se creó la Mesa de Diversidad Sexual de Montevideo, a la que además de las organizaciones de la sociedad civil se incorporaron instituciones estatales como el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Ministerio de Salud Pública.

“Si miro de 2006 a 2014, que estemos en la calle con esta fiesta ya consolidada en varias ediciones tiene que ver con la voluntad y las ganas de tomar el espacio público y manifestarse, de dar muestra de todos los avances y la creatividad que las personas de la diversidad sexual tienen, pero también en la visibilidad pública”, evaluó Ponte. Además, destacó que el tema fue tomado como política pública, y que en el último período de gobierno el Mides ha desarrollado políticas específicas. En este sentido, evaluó positivamente “que el tema haya salido del ocultamiento y la clandestinidad, y se haya situado como un tema de derechos en toda la sociedad”, porque “por más que siga existiendo discriminación”, hay una gran masa que acepta esta nueva agenda de derechos.

Lo que falta

De todas formas, Ponte reconoció que “todavía queda mucho por hacer”, principalmente porque “la estigmatización sigue presente” y aún “no hay una plena aceptación”. Para ilustrar esta situación, la jerarca se refirió a lo que muchas veces pasa en las propias familias o en el ámbito educativo y laboral, donde “se está trabajando mucho para tener una mirada abierta e inclusiva”, agregó. Además, señaló que salud, trabajo y educación son las áreas “donde todavía se requieren muchas políticas públicas en pos de la población más vulnerada, que son las trans”.

Otro de los temas pendientes, según Ponte, es la “gran invisibilidad de las mujeres lesbianas”, que según evaluó, se da porque “la sociedad acepta más fácilmente a los varones gays” que a las mujeres, aunque destacó que entre los más jóvenes “las chicas se hacen carne de sus derechos y son capaces de vivir en plenitud su orientación sexual”. Además, señaló la importancia del rol de los medios de comunicación, que deberían colaborar difundiendo las actividades “y con la integración de una agenda que da cuenta de que la sociedad es heterogénea, y que un país democrático e inclusivo debe dar cabida a toda esa heterogeneidad, cualquiera sea su razón, en igualdad de derechos”.

La jerarca también señaló que los derechos para la diversidad sexual tienen relación con la lucha en favor del libre ejercicio de los derechos de las mujeres. Según dijo, “hemos vivido en una sociedad patriarcal con un modelo hegemónico del rol masculino como dominante y de las mujeres como dominadas, pero dentro de ese modelo patriarcal tampoco se aceptaba la diversidad de los propios varones”. Además, dijo que el primer movimiento de ruptura de ese modelo hegemónico fue el movimiento feminista, “que comenzó a resquebrajar las bases del modelo patriarcal” y mostró la vulneración de derechos que sufrían las mujeres. Según consideró, los movimientos por los derechos de las personas homosexuales se unen a la causa “porque son capaces de mostrar que no hay modelo hegemónico que dé cuenta de la felicidad de la gente y que en realidad somos diversos”. “El eje de la igualdad de género está en la base de las desigualdades sociales y se entrecruza con otras desigualdades que se intersectan y potencian las discriminaciones, como la orientación sexual, raza-etnia, discapacidad, clase o edad”, concluyó.