Michael Fullan nació en la ciudad canadiense de Ontario, y ahí encabeza procesos de incorporación de tecnología para la mejora de las condiciones educativas y el desarrollo. Es experto tanto en los grandes lineamientos de la política educativa como en la práctica docente en concreto, y participó en procesos de reforma en países como Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, Canadá y Japón. Ayer estuvo en Uruguay y visitó el Liceo Nº 11 del Cerro, se reunió con el candidato del Frente Amplio Tabaré Vázquez y su equipo, y brindó una conferencia en el Auditorio Nacional del SODRE.

Según explicó el propio Fullan a la prensa, en la reunión con Vázquez se habló de las prioridades en educación para Uruguay y de la experiencia de Ontario. Además hablaron del Plan Ceibal, en el que Fullan participa desde hace dos años, y de la necesidad de que el país mejore la calidad de la enseñanza mediante el trabajo conjunto de los docentes y la definición de unas pocas metas específicas. Según añadió, este proceso debería darse con el liderazgo tanto de los docentes como de los directores de los centros y con un fuerte sistema de evaluación.

El experto dijo también que Vázquez se mostró especialmente preocupado por el alto grado de repetición en el liceo, que según cifras de 2013 ronda el 30%, y entre otras cosas se debe a la forma en que se da la transición entre la escuela y el liceo. Además de la necesidad de mejorar el proceso de transición, Fullan se refirió a que actualmente hay cerca de 40% de docentes “que no tiene la capacitación necesaria para dar las clases”.

Minutos después

Más tarde, el experto amplió varios de estos conceptos frente a un auditorio que además de docentes e investigadores incluyó al ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, al director de la Administración Nacional de Educación Pública, Wilson Neto, al director del Plan Ceibal, Miguel Brechner, y a la presidenta de Antel, Carolina Cosse. La conferencia fue organizada en el marco de la Red Global de Aprendizajes en la que participa Uruguay junto a Australia, Dinamarca, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Inglaterra y Japón, en busca de integrar nuevas pedagogías de aprendizaje por medio de la cooperación y de actividades de investigación.

Según explicó el académico, realizó dos auditorías en Uruguay sobre la incorporación de tecnologías al aprendizaje en dos fases que fueron cumplidas satisfactoriamente, una referida al acceso a la infraestructura básica y otra sobre el apoyo que se brinda a las escuelas. Consideró que en este momento están las condiciones dadas para una tercera fase en la que se avance en calidad. Además, advirtió que los problemas en la materia “son los mismos en todos los países” pero los caminos para llegar a soluciones son distintos y deben adaptarse a cada realidad nacional.

En este sentido, advirtió que aún no hay ningún país que haya introducido exitosamente tecnología en la educación “a gran escala” y que en la mayoría de los casos ese proceso se da de forma “muy superficial”. En el caso de Ontario, concluyeron que para que sea exitoso, el proceso debe tener a los estudiantes como centro “no sólo en los discursos” y debe “movilizar” el sistema para ello. Además, afirmó que “no se puede dejar solos a los profesores ni tampoco únicamente exigirles que cumplan ciertos requisitos a partir de los que son evaluados. En este sentido, habló de la necesidad de un “cambio de rol” en el que puedan mejorar su propia pedagogía, aprender a trabajar “con otros” y con líderes claros.

Allá y acá

De acuerdo a lo que concluyeron varios estudios en Estados Unidos, tanto los docentes como los estudiantes estaban desmotivados en relación con sus trayectorias en el sistema educativo, y una solución para eso, según Fullan, sería la incorporación del mundo digital al pedagógico, porque el primero es “cada vez más atractivo”, consideró. Acerca de la tecnología, señaló que tal como lo planteaba Steve Jobs, ésta debe ser “eficiente y fácil de usar” e “irresistible” para docentes y estudiantes, al tiempo que debería estar disponible las 24 horas y abordar la solución de problemas concretos.

El experto reiteró que Uruguay debería embarcarse en definir una pequeña cantidad de metas ambiciosas y utilizar los datos para mejorar las prácticas y no únicamente como evaluación. Además, sostuvo que “se debe construir liderazgo a todo nivel”, tanto en los centros educativos como en el gobierno, y subrayó la necesidad de que los docentes trabajen en conjunto, porque eso además de aumentar la motivación mejora los resultados del sistema en términos de calidad, según dijo.

También señaló que muchas veces se piensa que cambiando las currículas se solucionan los problemas, pero dijo que solamente con esto no alcanza, y que también hay que “vincular la pedagogía con el aprendizaje de estudiantes” y “usar la tecnología para acelerar y no para impulsar”. Desde el punto de vista de las políticas educativas, marcó que un error habitual es considerar a los profesores sólo como individuos, cuando en realidad hay que enfocarse en la “cultura docente”, en las interacciones que se dan para que la situación mejore y en la calidad de decisiones que se toman.

Fullan se mostró convencido de que el futuro en la enseñanza va hacia la incorporación de tecnología y sostuvo que en países con buenos resultados como Finlandia esto preocupa a las autoridades, porque los procesos de inclusión de tecnología no se dan de buena forma. Además, señaló que una “nueva pedagogía” debería tener en cuenta a docentes, estudiantes y a sus familias, todos trabajando juntos, al tiempo que aseguró que quienes egresan de la enseñanza media deben ser “emprendedores”, en el sentido de tener capacidad para la resolución de problemas, tanto sociales como de negocios. El experto sostuvo que la comunicación, el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la creatividad son las habilidades que el siglo XXI requiere para todos los ciudadanos.