-El PT se presentó en las elecciones de 2004, en las internas de 2009 no superó los 500 votos necesarios para participar en las nacionales y ahora vuelve a presentarse. ¿Qué expectativas tienen?
Rafael Fernández (RF): -La de 2004 fue una elección en la que el Frente Amplio [FA] iba a llegar al gobierno. Había una expectativa muy grande. Pero hoy la situación es distinta, porque después de diez años de gobierno, se puede hacer un balance entre esas expectativas y la realidad. Hay un debate entre los trabajadores y los jóvenes sobre qué votar. Sabemos que vamos a una elección complicada para el PT desde el punto de vista de la cantidad de votos. Pero queremos lograr instalar, de cara a octubre, una discusión sobre la necesidad de reconstruir la izquierda. Está comprobado el entrelazamiento del FA con grandes empresarios como Juan Carlos López Mena, la minera Aratirí, las pasteras, que han colocado con fuerza la idea de que el FA se ha apartado de cualquier demanda popular y se ha jubilado de la lucha popular. Formalmente, la aspiración es la de lograr un bancada parlamentaria, pero a largo plazo el objetivo es dejar instalado este debate entre la izquierda que está dentro del FA y la que está fuera. Se trata de un nuevo comienzo para la izquierda: retomar las mejores tradiciones de la izquierda uruguaya sobre la base de la completa independencia del movimiento obrero y terminar con la subordinacion de los sindicatos al FA y al gobierno. Hay un contexto de crisis a nivel mundial y ése es el desenlace que entendemos que va a suceder en nuestro país. Ya hay cierre de empresas, reestructuraciones y envíos a seguro de paro. No queremos que los trabajadores paguen la crisis, sino los capitalistas que la generan.
-Hay otros grupos de izquierda fuera del FA. ¿Por qué no se presentaron juntos?
RF: -Seguramente eso le hubiera simplificado a la gente el problema de visualizar un polo a la izquierda del FA y los partidos tradicionales. Hay muchas diferencias políticas con esos grupos, pero no creemos que sean tan fuertes como para hacerlo imposible. El PT le propuso a Unidad Popular [UP] ir bajo el lema Asamblea Popular [AP], sin cuestionar sus candidaturas centrales, y que, por lo tanto, fuera posible ir con una lista propia, con el perfil y la plataforma del PT, y eso fue rechazado. No puede ser que tengan más diferencias con el PT de las que tenían con Danilo Astori, José Mujica o Tabaré Vázquez cuando estaban dentro del FA. No es razonable. Creemos que primaron intereses de grupo más que una visión a largo plazo de reconstrucción de la izquierda, y lo consideramos un error político. También nos parece que hay dos posiciones distintas que obedecen a dos visiones programáticas diferentes. El PT coloca como idea central la lucha por un gobierno de trabajadores, y es una visión que rompe con el frenteamplismo, con la idea de una alianza con sectores progresistas de la burguesía, de sectores capitalistas más democráticos, nacionalistas, con los cuales los trabajadores deberían unirse en un gran frente democrático de carácter nacional.
Andrea Revuelta (AR): -En la actividad sindical tenemos un trabajo en común en las luchas que han existido, pero también diferencias respecto de la intervención en el PIT-CNT y de la conformación de agrupaciones clasistas. Algunos sectores que forman parte de UP promocionan la ruptura con el PIT-CNT. Nosotros sostenemos que hay que intervenir dentro de la central de trabajadores y conformar agrupaciones clasistas para recuperar los sindicatos y que sean representantes de los intereses de los trabajadores.
RF: -Es una diferencia que tampoco justifica ir divididos en octubre. En un tema sindical uno puede tener una diferencia de intervención, de táctica.
-¿Qué opinión tienen del rol del PIT-CNT y del último paro?
RF: -El tema del paro es que es un paro electoral. Si fuera un paro político, por ejemplo en solidaridad con el pueblo de Gaza, lo hubiéramos aplaudido. Acá estamos frente a un paro para llamar a votar al FA. Tiene la perfidia de ocultar que el ajustazo va a venir de cualquiera de los dos que gane, sea Tabaré Vázquez o sea Lacalle. Es posible que Lacalle sea más duro con el ajuste, pero la clase obrera no puede estar dirigiendo el arma, o la dureza con la que se aplica, por parte de un verdugo a los trabajadores, sino que tiene que estar preparando la respuesta. En ese sentido, debería colocar una advertencia frente a cualquiera de los dos. Por ejemplo, los integrantes del astorismo han hablado muy claramente en contra de la desindexación salarial, que de hecho se viene aplicando. Si uno mira cómo se ajusta el salario, se coloca un IPC [Impuesto a los Precios del Consumo] manipulado por el gobierno para que los ajustes sean menores, donde la inflación pronosticada por el gobierno tampoco se la cree nadie: hablan de 5% de inflación prevista, y en función de eso se ajustan los salarios. A tal punto es así, que el economista Antonio Elías, que no integra el PT, dice que en 2013 hubo un ajuste fiscal de 170 millones de dólares, sacados a los trabajadores por retoques al IPC, y por no haber subido en la medida necesaria el mínimo no imponible del IRPF [Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas]. Son medidas que se están aplicando hoy en día y que se van a profundizar, porque estamos con un déficit fiscal muy grande, y si no se van a tocar los intereses de los grandes capitalistas, algo que no plantea ninguno de los candidatos que están en carrera por la presidencia, vamos a un ajuste. No es viable cumplir con la deuda, seguir manteniendo las exoneraciones a las grandes empresas y, a la vez, mantener los salarios.
-El PT tiene vinculación con el Partido Obrero de Argentina, que forma parte del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT). ¿Cuándo hablan de reconstrucción de la izquierda, están tomando como modelo a este frente que ha conseguido crecer electoralmente en las últimas elecciones?
RF: -El modelo no es replicable a Uruguay. Lo que sí pasa es que está en debate en todo el mundo el tema de la izquierda integrada al capitalismo y que defiende a los grandes banqueros; como en España, donde la gente dice que el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español son la misma cosa, y se produce un movimiento de indignados. En Argentina el proceso de desengaño respecto del kirchnerismo fue capitalizado por una izquierda revolucionaria y socialista.
-¿Esa situación podría estar cerca de pasar en Uruguay? ¿Creen que no ha habido avances para los trabajadores en estos primeros diez años de gobierno del FA?
RF: -En un período de cierto auge de las exportaciones, de los precios de las materias primas y del descenso del desempleo, igual se produce un fenómeno de desengaño de toda una facción de los trabajadores, que si votan al FA hoy es para cerrarle el paso a Luis Lacalle Pou, y no por una gran convicción de que un tercer gobierno del FA vaya a traer un cambio. Pero estamos en una crisis mundial que no se detuvo, y en esta dialéctica entre la crisis y el enfrentamiento a la crisis es donde debe intervenir la izquierda anticapitalista. Es un momento en el que todas esas movilizaciones interpelan a la izquierda que está integrada al sistema capitalista. En Uruguay va a demorar un poco más porque estamos en un período de reflujo.
-¿Están por el No a la baja?
AR: -Estamos en contra de bajar la edad de imputabilidad penal porque esa propuesta se aplica en la actualidad a las condiciones en que los jóvenes son juzgados y encarcelados en lugares inhumanos.
-Apoyan el plebiscito contra la minería a cielo abierto, pero no están en contra de la extracción de hierro...
RF: -Somos súper defensores del medioambiente, pero no defensores del atraso. Tenemos diferencias con otros partidos que defienden el medioambiente y no quieren que haya ningún desarrollo industrial. Hay que desarrollar la industria del hierro en términos nacionales, por intermedio del Estado y con control de los trabajadores y de la sociedad. En cuanto al plebiscito, estamos a favor porque queremos que la gente decida, un eslogan que debería tomar toda la izquierda.
-¿Cuáles son los principales puntos de la plataforma programática del PT?
RF: -Retomamos banderas que eran patrimonio de la clase trabajadora y que hoy tienen más vigencia que antes. El no pago de la deuda externa, por ejemplo; durante la dictadura hablábamos de algunos cientos de millones de dólares y hoy hablamos de 33.000 millones de dólares. Planteamos la estatización de la banca con control de los trabajadores y el no a la minería a cielo abierto.
-¿Cómo ven la educación?
AR: -La educación está en crisis porque la sociedad está en crisis. Muchas veces se nos toma como contenedores sociales, y ¿dónde queda la educación, los contenidos? Reivindicamos los reclamos que los sindicatos han llevado adelante por el presupuesto, que también está disfrazado, porque ese 4,5% contiene muchas más cosas de lo que es la ANEP [Administración Nacional de la Educación Pública] y la Universidad de la República [Udelar]. La educación pública atiende a poblaciones vulnerables en condiciones locativas muy precarias, y ni que hablar de las condiciones salariales. Hay un desvío muy importante de subsidio a los privados, están exonerados de los aportes, por ejemplo. Y ahora todos los candidatos, incluido Vázquez, hablan de la posibilidad del voucher, para entregarles un vale a los padres para que vayan al privado. Las tercerizaciones campean. Lo mismo ocurre en la salud, empresas de limpieza, porteros. De lo que hablan los partidos, el acuerdo partidario de 2010 habla de profundizar la Ley de Educación, y las reformas educativas planteadas en la década del 90 hablan de un proceso de retroceso en los contenidos.
RF: -Se responsabiliza a los docentes de estos fracasos. Hay que ser muy claro en que el Codicen es un organismo sometido al poder político de turno. Estos gobiernos -blancos, colorados, del FA- son ellos los que han gobernado la educación. Hay que invertir la situación y que la ANEP sea autónoma y cogobernada como la Udelar.
-¿Están de acuerdo con la Ley de Regularización del Mercado de la Marihuana?
RF: -No. No creemos que el Estado tenga que plantar ni distribuir marihuana. El Estado tendría que estar gastando dinero en ayudar a la gente que quiere salir de la dependencia a las drogas. Estamos en contra de que se criminalice a los consumidores, pero en esta ley, que parece tan libertaria en ciertos aspectos, se generan una serie de registros, de tal manera que la gente que consume queda en una lista, de la que ya ahora Vázquez dice que puede ser usada para empezar a trabajar para sacar de la adicción a alguien. No se sabe cómo la van a usar, porque si se supone que vos vendés 40 gramos y hasta 40 gramos no sos adicto, entonces no hay manera de que esa lista les sirva para nada, sólo serviría para alguien que consuma más de 40 gramos, que no lo haría por la vía legal. Por otro lado, no es real que vaya a hacer esa gran división entre mercado clandestino y mercado legal, porque todos los que no puedan inscribirse en esa lista, por ejemplo los menores, van a acudir al mercado ilegal. No resuelve el problema y genera una señal equivocada de que la droga es inocua: más allá de que pueda haber consumidores que no son problemáticos, para la juventud es peligroso generar ese mensaje. El movimiento obrero, la izquierda, tiene que retomar el planteo histórico de combatir las adicciones, explicar claramente que el alcohol y la droga te quitan libertad. El alcohol está más aceptado culturalmente, pero es una de las drogas más fuertes que hay en cuanto a su impacto social.
AR: -Tiene que ver con la falta de expectativas. Si uno no tiene expectativas de que puede dedicar su vida a construir algo, no necesita ese tipo de evasión. Las adicciones no pueden ser vistas como algo saludable. Por otra parte, los lazos entre el narcotráfico y el sistema bancario son muy fuertes.
RF: -Se dan salidas que no son reales. El narcotráfico, la venta de armas, el crimen organizado lava su dinero en el sistema financiero internacional. Sin ese dinero el sistema financiero se cae. Es un problema que tiene que ver con la etapa del capitalismo en la que estamos, que necesita actuar en ciertas áreas y criminaliza a la sociedad.
-¿Qué votarían en una eventual segunda vuelta entre Vázquez y Lacalle Pou?
AR: -Estamos trabajando para las elecciones de octubre y lo que se está discutiendo es la conformación del Parlamento. Es muy importante que pueda haber un representante que defienda los intereses de los trabajadores de forma independiente. En noviembre anulamos el voto, en la medida en que los dos posibles candidatos, si bien no son lo mismo, tienen prácticamente el mismo programa y los dos se postulan para gestionar el Estado capitalista en el marco de la crisis.
-El PT tiene la única fórmula presidencial integrada por una mujer. ¿Cómo se resolvió?
RF: -La compañera tiene méritos de sobra para ser candidata. De todos modos, habíamos tomado la decisión de darles lugar a las mujeres en las listas, por encima de la cuota establecida en la legislación. Es importante dar un espacio a la mujer trabajadora. Además, coincidió que era la única fórmula que incluía una mujer, con lo cual desenmascara bastante la excesiva demagogia sobre el tema. Ni siquiera se cumple la cuota, o se la cumple con la condición de que la mujer renuncie y su lugar sea ocupado por el suplente.
AR: -El partido ya tuvo mujeres en la fórmula: en 2004 [María Luisa Suárez] y en la primera fórmula, en 1984, [Alicia Santamaría]. Para una mujer siempre es más complicado, porque trabajás, atendés la familia, la casa...