El director de UTE Walter Sosa se remontó a 1991, momento en el que se dio la última inversión en generación eléctrica previo al Plan Nacional de Energía, con una proyección a 2030, firmado por todos los partidos con representación parlamentaria en 2008 y puesto en marcha dos años después. “En 2005 estábamos en una situación crítica en cuanto a la seguridad de abastecimiento; la matriz tal como estaba direccionada -con una fuerte apuesta a la energía térmica a partir de hidrocarburos e hidroeléctrica- estaba prácticamente agotada”, recordó. Según el ingeniero, fueron estas inversiones hechas en los últimos años las que permitieron salir del aprieto y obtener tarifas eléctricas “más moderadas”, porque “si no se hubieran hecho, hoy serían muchísimo más caras”.

El vicepresidente coincidió con esta apreciación y agregó que por más que el precio del barril de petróleo se ubique en valores históricamente bajos, “cuando los precios vuelvan a tomar la curva ascendente -eso va a pasar en el futuro, porque el petróleo es un recurso finito-, tendremos que estar preparados”.

Esta preparación se hace cuesta arriba en el escenario actual, porque con la baja sustancial de los precios internacionales, las inversiones en energías alternativas muchas veces son, desde el punto de vista económico, más caras que importar petróleo. Ante esto, la alternativa propuesta por Sendic es que “la Ley de Inversiones atienda específicamente a este sector”, porque son estas fuentes, más limpias y amigables con el medioambiente, “las que nos van a salvar en el futuro”.

Menos gasolina

El vicepresidente de ANCAP, Ruben Barboza, hizo un anuncio respecto de la composición de los llamados biocombustibes, que introducen biodiésel en las mezclas de nafta y gasoil, a efectos de reducir el impacto ambiental generado por su combustión.

Se estima que Alcoholes del Uruguay (Alur) llegará a producir una oferta de 100.000 metros cúbicos de biodiésel (263% más que en 2014, cuando se produjo 38.000), lo que implicará al país un ahorro de 180 millones de dólares que antes se entregaban al exterior por la compra de petróleo. Según Barboza, 80% de este dinero se volcará a cadenas de valor nacionales y “con un enfoque de descentralización”, ya que éstas se desarrollan fundamentalmente en el interior del país.

Sostuvo que para fin de año se producirá una elevación en la proporción de biodiésel a 8,5% en las gasolinas, que en 2014 ascendía a 7%, teniendo en cuenta que la capacidad potencial apunta a 10% en la mezcla. Por otro lado, dijo que la cantidad de biodiésel en el gasoil se mantendrá en 5%.

El futuro: excavar y regasificar

Para el senador frenteamplista y ex presidente de Alur Leonardo de León, el futuro brinda a Uruguay “enormes posibilidades a nuevas inversiones”, sobre todo, en los rubros del transportes y los biocombustibles.

El director de UTE, por su parte, consideró que en los próximos años, la prioridad será, sobre todo, la optimización de la generación de redes y el despacho de energía, así como la concreción de una línea de interconexión eléctrica con Brasil y Argentina, lo que brindará al país la posibilidad de colocar los excedentes generados.

El vicepresidente de ANCAP se inclinó a priorizar la integración energética regional, con la consecuente incorporación del gas natural a Uruguay y la prospección y una “futura exploración de petróleo”. En esta línea también se expresó Sendic, quien adelantó que “en los primeros meses del año que viene” se realizará un nuevo llamado a socios para unirse a la petrolera estatal en la construcción de la planta regasificadora, detenida desde hace unos meses, tras el retiro de Gas Natural Licuado del Sur, el consorcio firmado por la francesa GDF Suez y la japonesa Marubeni, que dejó el proyecto estancado y sin un plan definido.