En la prestigiosa sala Igea, en la sede del Instituto de la Enciclopedia Italiana, en el centro de Roma, Almagro dio una conferencia el viernes sobre el rol de la OEA frente a los nuevos escenarios americanos. De mañana había tenido un encuentro con el papa Francisco, parada obligada para cualquier latinoamericano que transite en la ciudad de Roma, que definió como “una excelente reunión”. “Abordamos los principales temas que tenemos a cargo, ya que ambas organizaciones que representamos están en un proceso de reestructura. Sobre todo, nos enfocamos en los temas de la democracia y de los derechos, pero también hicimos referencia a la agenda social y al desafío que tenemos por delante, de lograr mejorar las vidas de las personas. Yo soy agnóstico, pero él me hizo dudar. La figura del papa me hace pensar en muchas cosas que tienen que ver con la espiritualidad y la filosofía de cada una de las personas”, manifestó el secretario general de la OEA.

Cuando a las 16.00 empezó la conferencia, Almagro ya había rechazado varias veces el pedido de entrevista de varios diarios, pero no pudo, al terminar su disertación sobre la historia de la OEA, negarse a contestar preguntas. Como era de esperarse, muchas apuntaron a indagar sobre la situación que se produjo con Venezuela después de la ya notoria carta que dirigió hace unos días a la presidenta del Consejo Nacional Electoral de ese país, Tibisay Lucena, sobre las próximas elecciones parlamentarias venezolanas. “En esta sede es difícil explicar toda la compleja situación en la cual la misiva nació, y quedaría descontextualizada. Son argumentos arduos de sintetizar. Lo único que puedo decir es que deseamos que el 6 de diciembre en Venezuela haya una elección transparente para los ciudadanos y los partidos. Y anhelamos que el día después de las elecciones sólo haya paz para ese país”, manifestó Almagro.

La ministra consejera de la misión diplomática venezolana en Roma, Marcela Khan, presente en la sala, tomó la palabra para agradecer “el reencuadre acerca del contenido de la carta que el secretario general de OEA hizo hace poco”. “La promoción de la paz es un trabajo que toca a todas las partes políticas, y es bueno que la OEA se sume. Ha habido diferentes escenarios a los que la oposición venezolana estuvo invitada a participar. Desafortunadamente, la oposición no ha querido firmar ninguna carta y documento para reconocer los resultados de las elecciones. El llamado a la paz y al diálogo es la mejor forma para resolver las cuestiones que están atravesando el país. De todas maneras, los venezolanos tienen que encontrar posiciones propias”, remarcó Khan.

Movido

En los últimos días en Uruguay se sucedieron distintas repercusiones de la carta de Almagro, sobre todo en la interna del Frente Amplio. El sábado el MPP emitió un comunicado en el que reafirma “su compromiso con los pueblos y su derecho irrenunciable y soberano a la autodeterminación, ejerciendo la posibilidad de elegir sus destinos democráticamente y en paz”. Sostiene que el proceso electoral de Venezuela “tiene las condiciones que garantizan su normal desarrollo” y que “el reciente documento público de la OEA no sólo no ayuda a ese proceso, sino que contribuye a deslegitimarlo y a dificultar la convivencia democrática en ese país”.

El Partido Comunista del Uruguay (PCU) había hecho lo propio dos días antes. “Estamos ante una contraofensiva del imperialismo económica, política e ideológica. Y es especialmente intensa en América Latina por ser la región del mundo donde se construyeron, fruto de la lucha de los pueblos, los espacios más importantes de independencia y soberanía y más se avanzó en la construcción de experiencias superadoras del neoliberalismo”, comienza diagnosticando el comunicado. “Analizar el escenario en América Latina en su conjunto, y en cada país en particular, sin tener en cuenta esta situación material y esta contraofensiva es, en el mejor de los casos, un pecado de ingenuidad política, y en el peor, erosionar la capacidad de resistencia y de avance de los pueblos que se sustenta, de manera determinante, en la unidad”, continúa.

Desde esta perspectiva, el MPP rechaza el pronunciamiento de Almagro y “la utilización que de éste hace el imperialismo, la derecha continental, social, política y mediática, y en particular la oligarquía venezolana, empeñada en una furibunda campaña de desestabilización, deslegitimación y restauración conservadora”. Concluye que “no es la OEA, expresión del viejo continente, nacida del panamericanismo, la garantía de transparencia” en las elecciones venezolanas, sino otros organismos como el Mercosur, la Unión de Naciones Suramericanas y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. “Es falsa la idea que se quiere instalar de que las elecciones en Venezuela no han sido ni serán auditadas. Siempre fueron auditadas, y lo serán está vez, ocurre que no por la OEA, pero sí por la Unasur y por otros organismos regionales e internacionales”, sostiene el comunicado del PCU.

En tanto, ayer el Plenario Nacional del Nuevo Espacio emitió una declaración manifestando que aspira a que en Venezuela “las diferencias se solucionen a través del diálogo y el pleno ejercicio de los derechos políticos del pueblo venezolano”. Agrega que “es fundamental” que las elecciones “se realicen en un marco de derecho competitivo y transparente, en las que se refleje la auténtica voluntad del pueblo venezolano” y se respeten “los derechos y garantías”.

Consultado por la diaria, Almagro señaló que sobre estas repercusiones en Uruguay no puede “decir nada”. “Y me parece que mirar las variables políticas de Uruguay para juzgar la carta a Venezuela no es correcto y significaría utilizar una perspectiva muy efímera”, consideró.

El ex presidente José Mujica también había sido consultado sobre la situación de Venezuela. En declaraciones el jueves a Radio Caracol de Colombia se mostró contrario a la reelección y a cualquier forma de “atornillarse al poder”. Reconoció que gobiernos como los de Venezuela y Bolivia “tienen otra visión” y “pueden pensar que el tiempo no alcanzó para terminar la obra, y yo pienso que no alcanza la vida”. “El premio es la escalera misma, no el final, porque el proceso humano no empieza ni termina con nosotros”, valoró. Consideró que los venezolanos “tienen que arreglar los problemas entre ellos” y afirmó que su actitud “siempre está enfocada a quitarles decibeles” a los conflictos, aunque acotó que no le gustan los presos políticos “en ninguna parte de la Tierra”.