El martes venció el plazo para que la empresa Aratirí firme el contrato con el gobierno para instalar una mina de hierro en la localidad de Valentines, un proyecto que había sido fuertemente impulsado por el ex presidente José Mujica durante la pasada administración.

Un funcionario de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto aseguró que el tiempo y el esfuerzo que se les dedicó a las negociaciones “no fue un desperdicio”. “Nos quedaron cerca de 700 horas de audiciones radiales de Mujica en las que reflexiona sobre geopolítica, desarrollo, infraestructura, ecología y la vida en general. Todo ese material se lo vamos a vender a los gobernantes de otros países para que puedan hablar durante horas sin decir nada y evitar que se discutan temas de fondo sobre las megainversiones”. La confirmación de que en esta instancia no se concretará la instalación de Aratirí llega menos de dos meses después de la rescisión del contrato con GDF-Suez para la construcción de una planta regasificadora en Puntas de Sayago. “La mayoría de los grandes proyectos de Mujica fracasaron. Es la prueba de que tiene que volver en 2020, porque evidentemente no le dio tiempo para hacer todo lo que quería hacer”, aseguró un dirigente del Movimiento de Participación Popular, quien recordó que el único de los megaproyectos impulsados durante la pasada administración que se mantiene en pie es el puerto de aguas profundas. “Si queremos convencer a la gente de que el Pepe tiene que volver para terminar lo que empezó, hay que hacer fracasar el puerto. Y desde ese punto de vista, el fracaso de Aratirí cumple un rol estratégico fundamental, porque las dos cosas están muy relacionadas”. A todo esto, Mujica aseguró que el naufragio del emprendimiento minero “es una mala noticia para el desarrollo, pero una buena noticia para la Madre Tierra. ¿Hay que valorar las cosas que salen mal? Ta clavao. Por eso mismo, porque salen mal. O no, eso no importa. Lo que importa es que Aratirí se fue, pero puedo volver. O no”.