Durante una actividad organizada por varios sectores del Partido Nacional (PN), la economista Azucena Arbeleche, integrante del Centro de Estudios de esa colectividad política, destacó la necesidad de que los aumentos de salarios reales vayan de la mano con aumentos en la productividad, para así evitar presiones inflacionarias.

La actividad buscaba responder a la pregunta de por qué Uruguay es un país “tan caro”. Al finalizar su exposición, Arbeleche, quien fuera propuesta por Luis Lacalle Pou para ocupar el Ministerio de Economía y Finanzas si era electo presidente, fue consultada por un integrante del público acerca de la posibilidad de liberalizar la importación de combustible refinado. La economista, que había cuestionado la alta carga impositiva del precio del combustible, dijo que antes de llegar a una medida como ésa hay “mucho por hacer, con las actuales reglas del juego”. Arbeleche también dijo que la “mala gestión” de las empresas públicas, el déficit fiscal, los costos de producción y la ineficiencia del Estado son factores que inciden en los costos y contribuyen a la baja competitividad.

La exposición más extensa de la noche fue la del economista Gabriel Oddone, que destacó algunos factores estructurales que contribuyen a que el país sea caro. Dijo que Uruguay tiene un mercado poco profundo -pequeño y poco especializado-, que faltan condiciones para la competencia y que hay un escaso desarrollo de especializaciones y, por tanto, de inversiones que estimulen la productividad. También sostuvo que la alta presión fiscal se debe, en buena medida, a que se trata de un país pequeño, con costos fijos que se amortizarían si hubiera más población. Oddone también argumentó que históricamente la integración del país se ha dado con dos mercados volátiles e inestables, como Brasil y Argentina, y que la eficacia de la política monetaria de Uruguay ha sido limitada, dentro de una economía altamente dolarizada y con factores externos que hacen, por ejemplo, que si en el contexto actual la moneda se deprecia aun más, la inflación aumente y genere nuevos ajustes en los convenios colectivos.

Richard Read, dirigente de la Federación de Empleados y Obreros de la Bebida, pidió que en lugar de debatir únicamente acerca de los costos del Estado, se discuta bajar las rentas de los empresarios. También dijo que se niega a debatir si un impuesto es caro o barato de por sí. “Lo que hay que discutir es cómo ese impuesto retorna a la sociedad”. Por último, pidió tanto a trabajadores como a empresarios mejorar el nivel de productividad “en todas las áreas”.

En tanto, Teresita Aishemberg, de la Unión de Exportadores del Uruguay, se quejó de la falta de competitividad del país y dijo que los costos de toda la cadena logística son mayores que en otros países. No faltaron las quejas por el tipo de cambio. “El tipo de cambio real viene acumulando una baja de 47% desde 2004”, advirtió.