Hay al menos dos caminos posibles. Alguien podría resumir las principales noticias que se publicaron este año sobre la educación uruguaya y quedarse con la idea de que se trata de un campo prácticamente minado, en el que se impuso la lógica del conflicto permanente. O también puede tratar de averiguar si además no suceden otras cosas, tratar de explorar experiencias educativas más productivas pero con menos notoriedad. Nuestro compañero Federico Gutiérrez tomó el segundo camino y el jueves 17 visitó el Instituto Clemente Estable para presenciar una visita guiada en la que participaron decenas de niños y adultos.
En estas instancias abiertas, los investigadores del Clemente Estable, muchos de ellos jóvenes, intentan explicar los nuevos descubrimientos y contagiar su pasión por la ciencia a toda la ciudadanía.