El viernes 27 el presidente José Mujica recibirá el pabellón nacional en el marco de un acto protocolar que se realiza siempre sobre el final del mandato de un presidente. Hace algunos meses un grupo de ciudadanos comenzó a organizar a través de las redes sociales un acto para despedir a Mujica, pero la iniciativa fue desarticulada por él mismo. El domingo, desde su página web, el presidente invitó a la ciudadanía a que asista a la Plaza Independencia, ya que, según explicó, se tratará “de un homenaje del gobierno al pueblo”. En el día de ayer declaró también, en referencia a este tema: “Que nadie me diga que hago estas cosas por una cuestión de demagogia y culto a la personalidad, porque este acto lo voy a hacer cuando prácticamente me haya retirado del cargo de presidente y para ejercer en forma humilde, discreta, casi que hasta secreta, el cargo de senador más votado y líder de la mitad del Frente Amplio. ¿Qué interés podría tener yo en darle bomba a mi imagen de esa manera?”. De todas maneras, desde el mujiquismo reconocieron que hay “un cierto espíritu de competencia” entre la capacidad de convocatoria que demuestre Mujica en el acto del 27, y la que demuestre Tabaré Vázquez en su acto de asunción del 1º de marzo en ese mismo lugar. “Ojo que no es una batalla por definir quién tiene más poder de convocatoria, ni nada de eso. Pero por las dudas seguramente le pidamos a la gente que vaya al acto del Pepe que no vaya también al de Vázquez, para hacer la competencia más transparente”, aseguraron desde el entorno de Mujica. Desde el vazquismo, mientras tanto, reconocieron que se entablaron contactos con los asesores de Mujica para ajustar éste y otros detalles. “Se vienen cinco años en los que va a haber que colaborar, pero también hacer acuerdos. Es fundamental que para emprender esta nueva etapa todo el mundo tenga claro cuál de los dos la tiene más grande”, explicó un asesor del presidente electo.