Además de tener un rol en los campos del arte y la cultura, la murga uruguaya es también un actor político. Es de consenso entre los murguistas que los conjuntos responden ideológicamente a la izquierda, y también se habla de filiaciones políticas de algunas murgas con sectores del Frente Amplio (FA). Esta situación lleva a que la mayoría de los votantes de partidos de la oposición no se vea atraída a seguir este tipo de conjuntos. Así lo explica el edil del Partido Nacional (PN) Álvaro Viviano (Alianza Nacional), quien además se dice “hincha acérrimo” de la murga Diablos Verdes.

Viviano considera que lo que hace que personas vinculadas a los partidos de oposición se alejen de la murga es su estilo “confrontativo y duro” con quienes vienen de esos partidos. Pese a que “le gusta la murga”, admite que le gustaría ver “un poco más de crítica al gobierno” y menos a la oposición. De todas formas, entiende que “es parte del arte y de la esencia de la categoría”.

El edil nacionalista destaca la “evolución artística importante” de cuatro o cinco murgas. Si fuera director de murga, y como se trata de un año entre medio de dos elecciones (las nacionales y las departamentales), Viviano se hubiera dedicado mucho más a la crítica porque considera que pese a las elecciones de la mayoría de los conjuntos, “abundan los elementos como para criticar”.

Pepe y Tabaré

Este año, la mayoría de las murgas realiza homenajes a José Mujica y critica o advierte a Tabaré Vázquez. Por ejemplo, La Reina de La Teja enumera logros del último gobierno como la baja del desempleo, el aumento de inversiones y la aprobación de leyes como la despenalización del aborto y le dice a Mujica: “A tu tractor, a Manuela y a Lucía / seguro que en unos días los vamos a extrañar”. Murga La Trasnochada canta: “Le pedimos, Tabaré, que no se olvide del pueblo / hay cosas para cambiar / espero estemos de acuerdo”; y el espectáculo de Cayó la Cabra dice: “Lo que no puede decirse de que haya ganado el Frente / es que los votos iban pa’ Vázquez, pero en realidad los votos iban pal Pepe”. Sobre este tema, Arbulo consideró que puede deberse a la satisfacción con lo hecho en el gobierno de Mujica y funciona como “un aviso de que estarán mirando” a Vázquez.

Criticados

El edil socialista Daniel Arbulo dijo a la diaria que esta situación “tiene que ver con la matriz de surgimiento de las murgas”, que “son un espacio contestatario contra el conservadurismo” y “reivindican una visión progresista sobre la vida”. Según Arbulo, lo que imposiblita otro tipo de vínculo entre las murgas y los partidos de oposición es que “la derecha cada día se convierte en más conservadora”. De todas formas, consideró que “siempre hay críticas” hacia el gobierno, pero aseguró que en la izquierda son “más tolerantes” con las críticas cuando vienen desde las murgas y el humor.

El actual director general del Ministerio de Educación y Cultura e integrante de Frente en Movimiento, Pablo Álvarez, sostuvo que “uno de los elementos principales de la murga es la capacidad de crítica y la capacidad de usar el humor”. Consultado acerca de si en alguno de los años anteriores sintió críticas desmedidas hacia el gobierno del FA, respondió que cada una de las murgas tiene “perfiles distintos”. “Al que le toca lo puede sentir desmedido. En general no me parece que haya habido crítica desmedida hacia el gobierno”, agregó el jerarca.

Amplio debate

El carnaval 2015 no estuvo exento de polémicas. Los episodios más comentados fueron las presiones de un ex directivo de la empresa Tenfield a la murga Cayó la Cabra que desembocaron en que el Club Industria no la dejara ensayar en el local, y la denuncia de los parodistas Aristophanes de que Ariel Pinocho Sosa (director de parodistas Zíngaros) pidió que no fueran convocados para un festival en el tablado Monumental de la Costa (ver la diaria del 12/02/2014). A partir de estos episodios, Arbulo propone reflotar una idea que alguna vez conversó con el también socialista Álvaro García, ex letrista de la murga Contrafarsa, referida a generar un “debate mayor” sobre lo que pasa en carnaval y que no sea “sólo entre carnavaleros”.

El edil tiene la sensación de que cuando termina el carnaval “empieza un debate entre los carnavaleros sobre aspectos como la métrica o el vestuario, y parece que se ha especializado tanto que quienes no somos especialistas quedamos afuera”. Además, dijo que las reacciones sobre lo que pasó con Cayó la Cabra y Aristophanes van en la lógica de que “es un problema de ellos” que van a resolverlo “entre los especialistas”. “Es un proceso de la sociedad, la forma de vincularse desde la violencia real o simbólica de algunos grupos es parte de eso. Lo que pasó con la barra de las cabras es un acto de violencia, es violento que no tengan donde ensayar”, continuó.

Según explicó, el debate que debe generarse es “de qué forma se vincula la sociedad con el carnaval” y viceversa, y “de qué forma los gobiernos apoyan y respaldan”. Arbulo está de acuerdo con la inversión que realiza la Intendencia de Montevideo (IM), pero considera que la comuna “tiene que tener más incidencia” en lo que pasa en los barrios, por ejemplo, para determinar la presencia de los grupos en los distintos escenarios. Otro ejemplo que citó son las constantes denuncias por ruidos molestos y las distintas soluciones que la IM podría dar, obligando a prestar sus locales para ensayos a clubes que son beneficiarios de concesiones y a organizaciones exoneradas de impuestos como iglesias o cooperativas. Para Arbulo, las constantes molestias de colectivos sobre el humor de los conjuntos también debería conversarse.

“Capaz que después de todo este debate nos damos cuenta de que algunas formas de organización del carnaval no están tan buenas. Soy bastante crítico sobre un montón de procesos que están pasando, algunos son más explícitos, como lo que pasó con Cayó la Cabra y Aristophanes. Capaz que está bueno que otros digamos: vamos a meternos en esto, porque somos todos partícipes de la cuestión”, concluyó.