El Ministerio del Interior anunció el martes que a partir de mayo comenzarán a emitirse los nuevos modelos de cédula de identidad. Cuenta con dos chips, uno de los cuales contiene los datos del titular, y otro que se podrá utilizar como firma electrónica en la realización de trámites estatales. “Éste es un paso muy importante para la consolidación del gobierno electrónico. La posibilidad de realizar gestiones en organismos públicos utilizando la tecnología tiene muchas ventajas, por ejemplo, que el ciudadano se frustra cuando se cae el sistema, y no cuando el trámite se demora por la desidia de los funcionarios. De esta manera se reduce el riesgo de que haya peleas entre personas”, aseguró un jerarca de la Agencia del Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información. Las terminales en donde se realizarán estos trámites incluirán “una cobertura de goma que permitirá que el ciudadano descargue su ira pegándole patadas y piñas al artefacto cada vez que deja de funcionar”.
Pero hay quienes consideran que las innovaciones tecnológicas de los nuevos documentos son “insuficientes”. Según relató un alto jerarca del Ministerio del Interior (MI), en esa dependencia creen que se podría haber aprovechado la oportunidad “para concretar el deseo que tenemos desde hace años, que es contar con un chip que identifique al pobre sin necesidad de comprobar su aspecto o preguntarle dónde vive”. En el MI consideran que con este sistema “las razias se podrán hacer 75% más rápido que en la actualidad”. La identificación del pobre serviría también para negarle el acceso a discotecas chetas y restaurantes caros, y convertirlo en blanco de golpes de la Policía durante los disturbios que se producen durante encuentros de fútbol.
Pero desde la Dirección Nacional de Identificación Civil explicaron que la inclusión del “chip de pobre” es complicada, ya que los equipos que imprimen las cédulas “son fabricados en países civilizados, donde el concepto de pedir identificación a una persona sin justificación alguna es considerado absurdo”.