Quiero arrimar algunos comentarios críticos referidos al ejemplar del martes 18/08/15. En particular me refiero a dos notas, una firmada por Wladimir Turiansky y la otra por Álvaro Portillo, que periodísticamente no están a la altura.
La de Turiansky arranca previniéndonos contra el TISA (Acuerdo de Liberalización del Comercio de Servicios) pero luego se convierte en un completísimo compendio de advertencias sobre la maldad del neoliberalismo, los peligros de la apertura comercial, el riesgo de que los monopolios del Estado se vean obligados a competir, la voracidad de las multinacionales y de los centros de las finanzas mundiales (Estados Unidos y Europa), la globalización y todo lo que caracteriza a la economía mundial hoy.
Turiansky es un viejo comunista que entregó generosamente su juventud a una causa. Esa causa estaba ejemplarizada y, diríamos, historizada en la Unión Soviética. Si hubiésemos seguido las orientaciones del joven Turiansky nuestro país habría terminado mal, tal como la Unión Soviética, Cuba y los países del Este de Europa que siguieron ese modelo. Eso, con perdón de Turiansky, nos hace desconfiar de las orientaciones que propone ahora. Y, con perdón de la diaria, nos hace saltear un tipo de artículo periodístico tan simplificado y obstinadamente caduco.
Turiansky fue, como digo, un luchador. Según parece no puede dejar de serlo. Su lucha fue una entrega desinteresada que le costó muchos sacrificios. Me animo a pensar que le costó también un gran desengaño y aquí se abre un punto que merece una reflexión y un análisis periodístico serio.
Por grande que sea o haya sido el sufrimiento padecido por el o los militantes de una causa (cualquiera que sea) eso no asegura nada en cuanto a la calidad, el acierto o la consistencia de esa causa. Éste es un asunto muy serio, humanamente terrible y muy actual para el Uruguay de hoy. ¿El calabozo o el sótano padecidos por los tupas rehenes hizo más razonables o más acertados sus propósitos políticos para el Uruguay? ¿El sufrimiento o el sacrificio personal produce lucidez política? ¿El desinterés personal garantiza la calidad de una política o de una militancia? ¿Da consistencia y validez a una ideología entregar la vida por ella (con una bomba atada a la cintura)?
El segundo artículo está firmado por Álvaro Portillo y se titula: “Amodio, ANCAP y un texto de Secundaria”. Se puede resumir en lo siguiente: la venida de Héctor Amodio Pérez fue una conjura de la derecha “para descalificar moral y políticamente a una de la fuerzas más importantes del Frente Amplio” (como si Amodio no tuviera ninguna cuenta personal que cobrar ni nada). La investigación de ANCAP está “orientada a desacreditar y exponer a notorios dirigentes del Frente Amplio como [Raúl] Sendic y Daniel Martínez” (nada mal habría hecho, como tampoco en PLUNA, que costó 300 millones y dejó a 600 trabajadores en la vía). Y el libro de texto señala sólo marginalmente que el neoliberalismo es una mentira nefasta y que quienes lo critican “fueron responsables de escribir las peores mentiras de nuestra historia”. En resumen: para él, no hay absolutamente nada que investigar ni criticar: todo está bien y cualquier observación es darle armas al enemigo.
la diaria es un periódico de izquierda; se trata de una opción tan respetable como cualquier otra; el artículo de Portillo no es periodismo, es propaganda.
Juan Martín Posadas
Nota de la redacción: Ni el texto de Wladimir Turiansky ni el de Álvaro Portillo fueron publicados como artículos informativos. El primero apareció como nota de opinión y el segundo -al igual que éste de Juan Martín Posadas- bajo el rótulo “Recibimos y publicamos”, con un formato de columna de opinión.