Ayer cerca de las 11.00, cuatro hombres que están presos en el módulo 8 de la Unidad Nº 4 de Internación de Personas Privadas de Libertad de Santiago Vázquez (ex Comcar) prendieron fuego un colchón para exigir un traslado de celda: una medida extrema en un contexto de violencia extrema. Tres de ellos fueron trasladados a hospitales, mientras que el restante recibió atención ahí mismo: los cuatro están fuera de peligro y tienen heridas leves. Este es el tercer episodio violento con fuego en ese módulo, y el cuarto en el sistema penitenciario, en lo que va del año.

El 11 de agosto, una mujer de 26 años se prendió fuego a sí misma junto a su colchón en el quinto piso de la cárcel de mujeres (donde se encierra a las sancionadas) de la Unidad N° 5. El segundo episodio ocurrió el 8 de setiembre también en el módulo 8 del ex Comcar. Esa vez, siete reclusos limaron los barrotes de su celda y entraron a otra en la que había ocho, con el objetivo de matar a uno que antes de caer preso había prendido fuego -literalmente- a unos jóvenes. Se pelearon con palos y cortes; algunos escaparon, otros la quedaron. El saldo: cuatro lastimados, dos de ellos de gravedad, y un muerto. El hombre, de 34 años, murió prendido fuego, atado a un colchón. El tercer episodio con fuego en el módulo 8 ocurrió este lunes: un recluso tiró por el sapo de la puerta un objeto prendido fuego, porque los hombres que estaban presos allí “se querían adueñar de la planchada [piso] y estaban de vivos”, dijeron fuentes carcelarias a la diaria; esta vez no hubo lesionados.

Cabe señalar que el módulo 8 -donde están unas 700 personas de las 3.500 que alberga el complejo carcelario- es uno de los que están en situación más crítica. El comisionado parlamentario para el sistema carcelario, Juan Miguel Petit, ya había advertido acerca de la situación que se vive en este módulo y también en el 10 y en el 11. El 28 de julio había dicho a la Comisión Especial de Seguimiento del Sistema Carcelario de la Asamblea General que en esos tres módulos la situación no estaba “para nada superada”. Por el contrario, “sigue habiendo sectores enteros de estos módulos que no salen al patio. Sigue habiendo salidas nocturnas y problemas entre los internos, copamiento de celdas, amenazas, pedidos de peajes, familiares que no quieren ir a la visita porque se sienten amenazados”. A principios de setiembre, Petit envió una carta al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, en la que sostiene que “no es el perfil individual de los internos lo que genera más o mayores dificultades de convivencia, sino que son las buenas o malas condiciones de reclusión, la existencia o inexistencia de actividades educativas que permitan dar un sentido y futuro a la transitoria privación de libertad, lo que genera más o menos violencia en los establecimientos”; por ello le pidió, nuevamente, acordar un plan integral de intervención que involucre a los diferentes ministerios.

En ese sentido, ayer el Ministerio del Interior (MI) divulgó información respecto de “reformas” que se están llevando a cabo en el módulo 8 y otros sectores de la Unidad Nº 4, con el objetivo de mejorar la situación y reducir el hacinamiento; el objetivo final: “descomprimir los módulos que se encuentran en mayor grado de conflictos”. El MI explica el origen de la violencia de forma muy diferente a Petit; sostiene que se debe a “la gran población y/o a las características de las PPL [personas privadas de libertad] allí alojadas”. Por lo pronto, se trasladó a 100 hombres al módulo 4, recientemente refaccionado, y se anunció el realojo de otros 60 antes de este viernes.

A su vez, el subdirector del MI, Charles Carrera, informó al juez Ricardo Migues -que lleva la causa sobre las condiciones de reclusión y casos de violencia en el ex Comcar que presentó el fiscal Gustavo Zubía-, que también se está “mejorando” el “proceso de trabajo” de la Unidad de Diagnóstico y Derivación, para que “logre una mejora en la derivación de las personas que ingresen al sistema”.

Respecto de la situación edilicia, Carrera dijo que se están reparando puertas, rejas e instalaciones eléctricas -generalmente no tienen luz-; que se están instalando cañerías -porque generalmente tampoco tienen agua- y canillas faltantes en las celdas. También afirmó que se están realizando “jornadas” de limpieza y pintura con los mismos reclusos para mejorar los celdarios. Sucede que como no tienen dónde tirar la basura, la tiran por la ventana; en consecuencia, alrededor del módulo está lleno de residuos y corren aguas servidas. Pusieron cinco nuevos contenedores en la cárcel para tirar la basura “diaria”, que se limpia una vez a la semana. Carrera informó que también se compró veneno para matar a las ratas que inundan el predio, y que están a la espera de una capacitación que dará la Intendencia de Montevideo (IM) a los funcionarios para el uso del producto.

El MI tiene varios proyectos para “mejorar” la higiene del ex Comcar. Carrera anunció que se está “trabajando en la constitución de un municipio” dentro de la cárcel para “gerenciar los aspectos de aseo”. Prevén que en cada módulo los propios reclusos sean quienes limpien, junto con una “cuadrilla”, para “mantener las condiciones de aseo”. También piensan crear una “usina de reciclaje” -cuestión en la que están trabajando junto con la IM- y dar “talleres” sobre el manejo de la limpieza para producir “cambios en los patrones culturales” de los reclusos.

Por otro lado, Carrera dijo que en diciembre se integrarían 100 operadores penitenciarios al ex Comcar, principalmente al módulo 8.

Sobre estas medidas que el MI está tomando, Petit reconoció que son intentos de “bajar la tensión”, pero advirtió que la “situación sigue siendo muy crítica”, principalmente por la “escasez de técnicos y la atención directa. Además, señaló que gracias a la “lucidez” del nuevo director del ex Comcar, el policía licenciado en Educación Gonzalo Larrosa, y de la nueva subdirectora del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Ana Juanche, también se están reviendo los reglamentos de sanciones y funcionamiento.

Tortuoso

En el módulo 12 del ex Comcar, de aislamiento, cerca de diez hombres están haciendo una huelga de hambre desde el lunes en reclamo de que se quiten “las mamparas”: una divisoria de plástico que hay en la sala de visitas e impide que los reclusos tengan contacto físico con quien vaya a verlos. Hasta hace dos meses, los allí recluidos tenían contacto cero; ahora, al final de la visita y por sólo dos minutos, pueden abrazar a un solo familiar. Los 40 hombres que están en el módulo 12 están saliendo al patio cinco veces a la semana por media hora -depende del humor del policía si los deja un rato más o menos-, algunos de ellos salen de a dos; la mayoría salen solos.

Familiares de los hombres presos del módulo 12 tuvieron este lunes una reunión con Larrosa, quien les aseguró que tiene la “voluntad” de cambiar el funcionamiento tortuoso del módulo, pero que no depende de él que allí se acabe el aislamiento; según supo la diaria, esto ni siquiera depende del director del INR, Crisoldo Caraballo, sino que quien dirige el régimen es Rosario Burghi, asesora en temas penitenciarios del MI. En ese sentido, Petit está esperando la respuesta a una carta al MI para saber quién es la persona responsable del módulo 12; “no sé con quién debo interactuar por ese tema”, dijo a la diaria.

Un poquito más duros

La Cámara de Representantes sancionó hoy, en sesión extraordinaria, las modificaciones al régimen de libertad anticipada que suprimen el beneficio para los reincidentes de delitos graves, y al de penas sustitutivas a la privación de libertad. La iniciativa pasa ahora al Poder Ejecutivo para su promulgación.