El gas radón es incoloro, inodoro e insípido como el agua, pero mucho más dañino: es radiactivo y, según la Organización Mundial de la Salud, es la segunda causa de cáncer de pulmón después del consumo de tabaco (genera entre 3% y 14% de los casos de esa enfermedad). Se genera a partir de la degradación del radio, que es a su vez producto de la degradación del uranio, que está presente en la mayoría de las rocas, la corteza terrestre y el agua. Es difícil evitarlo porque también emana de la mayoría de los minerales que se usan para la construcción: el granito es uno de los materiales que más lo generan, y el ladrillo es el que menos lo hace. Pasa por las aberturas microscópicas en los pisos y las paredes. Todo eso hace que sea difícil evitarlo, por lo que es responsable de 50% de la radiación natural a la que estamos expuestos los humanos.
A partir de los primeros días de abril, la Autoridad Reguladora Nacional en Radioprotección (ARNR) -un organismo que depende del Ministerio de Industria, Energía y Minería- comenzará a medir las concentraciones de radón en las viviendas de Montevideo. “No se sabe cómo estamos acá ni en muchos lugares. Te diría que de los 200 países que forman parte del Organismo Internacional de Energía Atómica [OIEA] son pocos los que tienen un mapeo del radón en su territorio”, explica Alejandro Nader, asesor técnico de la ARNR desde que fue creada por la Ley de Presupuesto 2005-2010. Uruguay será uno de los primeros países “chicos” de América Latina en hacerlo.
En una muestra de 100 hogares se colocarán unos detectores de plástico del tamaño de un alfajor (donación de la OIEA), en el centro de una habitación y lejos de las fuentes de calor; el aparato recolectará mediciones durante tres meses, y los datos serán analizados en Suecia. Nader espera que los valores estén muy por debajo de los 300 becquerels por metro cúbico de aire; cuando está por encima de ese nivel, los organismos internacionales recomiendan tomar medidas. Por la formación geológica, la presión atmosférica y el clima uruguayos, explica el técnico, es esperable que las cifras ronden los 60 becquerels, el promedio en Argentina. La participación en esta primera etapa -al igual que la segunda, en la ciudad de Rocha, que está planificada para mayo- es voluntaria, y quienes estén interesados en alojar un medidor de radón pueden solicitarlo directamente a la ARNR, al teléfono 29086783.