-¿Está previsto retomar el proyecto de creación de la Facultad de Artes?
-En los últimos diez o 15 años, a partir de que se inició el proceso, hubo ciertas medidas que han ido conformando, todavía de manera muy inicial, acercamientos y desarrollos entre la Escuela Universitaria de Música [EUM] y el IENBA, que tiene estatus de instituto asimilado a facultad y representación en el Consejo Directivo Central [CDC] -y la EUM es una escuela dependiente del IENBA-. El problema es que, en algunas áreas, Música tiene funcionarios no docentes cuyas tareas dependen de la comisión directiva de la EUM, salvo la administración financiero-contable, que está ubicada en una contaduría única en Bellas Artes. Los funcionarios no docentes deberían pasar a una única jurisdicción, por el momento Bellas Artes-Música, hasta que no haya una institucionalidad de la Facultad de Artes. Entre otras cosas, en julio o agosto, cuando se entregue la nueva etapa del proyecto edilicio del edificio de [la avenida] 18 de Julio, 90 o 95% de los estudiantes de Bellas Artes van a tener actividades curriculares allí, porque se van a mudar de [la sede de la calle José] Martí para la de 18 de Julio tres talleres, más la totalidad del área de Fotografía. Casi 100% de los estudiantes del IENBA van a estar con 100% de los estudiantes de la EUM, conviviendo en un mismo edificio. Eso va a profundizar la relación entre ambas instituciones. En lo inmediato, estamos trabajando con el director de la EUM, Ernesto Donas, para modificar la ordenanza de la EUM, de manera de poder conformar una jurisdicción única de funcionarios no docentes.
-Recientemente se planteó en el CDC la unificación de los padrones estudiantiles de la EUM y el IENBA para las elecciones universitarias.
-Creo que unificar parcialmente los padrones no sería una buena señal. Sí deberíamos pensar en las próximas elecciones universitarias, en 2018, y en la medida en que todos los asuntos del IENBA y la EUM van a pasar por el Consejo de Bellas Artes, deberíamos pensar en la posibilidad de que en 2018 se concurriera a las elecciones con padrones únicos de los tres órdenes.
-¿Se plantean incluir a otros actores en la futura Facultad de Artes?
-Creo que no debemos pensarla sólo con dos patas (la EUM y el IENBA), porque ya se han producido otros movimientos. Desde hace un par de años la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático [EMAD], si bien depende de la Intendencia de Montevideo, tiene un convenio de institución asociada a la Udelar, cuya vía de ingreso es el IENBA. Existe una relación institucional, hay estudiantes de la EMAD que cursan optativas aquí y viceversa. A partir de ese mismo convenio se está elaborando un convenio complementario para reconocer las carreras de actuación y de diseño teatral de la EMAD. Por otro lado, están en curso dos llamados docentes, grado 1 y grado 3, con 30 horas semanales cada uno, para recomenzar a desarrollar el área de danza. Las personas que asuman esos cargos van a formar el núcleo que reformule el área de danza en la universidad. Esto es posible gracias a que el Ministerio de Educación y Cultura dio un apoyo económico que respalda esos cargos por un año. Nuestra intención es conversar con el ministerio para que esto pueda consolidarse, ver cuál es la contraparte que la Udelar puede poner para consolidar el área de danza. También con los proyectos del interior, porque ya tenemos una Tecnicatura en Fotografía en Paysandú, y una Licenciatura en Lenguajes y Medios Audiovisuales en Playa Hermosa, en el Centro Universitario Regional Este.
-¿Se han fijado algún plazo en particular?
-Hemos conversado con la dirección de la EUM y las autoridades centrales de la Udelar para que la unificación de la estructura no docente pueda resolverse en el correr de este año, y ya está en marcha. Tenemos a 2018 como el mojón, porque son las próximas elecciones universitarias, como para trabajar en estos dos años y concretar la unificación de padrones para que los órdenes de la EUM puedan participar en el Consejo de Bellas Artes, en la medida en que ocurra todo lo demás: que haya una jurisdicción única de funcionarios no docentes y que se trabaje en avances programáticos. Si podemos dar el primer paso a 2018, podríamos pensar una nueva institucionalidad para 2022. Una Facultad de Artes con institutos universitarios dependientes, un IENBA con su comisión directiva para sus asuntos propios, un Instituto Universitario de Música de igual forma y un área de Danza o Artes Escénicas, y que todo eso conviva bajo la estructura de la Facultad de Artes con un Consejo de Facultad, un Claustro.
-¿Cuál es el desarrollo que se espera del área de danza?
-Es una idea que se retomó desde el período de dirección anterior: que ese equipo incipiente de danza pueda pensar un plan de estudios de danza en la Udelar para un proyecto de licenciatura y que pueda establecer relaciones con el medio artístico de la danza en el país y, a partir de esas relaciones, establecer necesidades docentes y de infraestructuras para decirle a la Udelar qué se necesita para hacer un programa de licenciatura y desarrollar la investigación y la extensión. Tenemos condiciones de infraestructura ya instalada, un local de danza con condiciones técnicas y edilicias y el auditorio del edificio de 18 de Julio, que tiene capacidad para 120 o 130 personas.
-En el portal de la Udelar se informó que se está planteando revisar los planes de estudio del IENBA.
-En Bellas Artes conviven diferentes planes de estudio. Tenemos planes de tecnicaturas en Rocha y en Paysandú, que son de tres años, una licenciatura de cuatro años en Lenguajes y Medios Audiovisuales en Playa Hermosa, y las licenciaturas en Montevideo, que son de seis años. A su vez, tenemos una licenciatura conjunta con la Facultad de Arquitectura en Diseño de Comunicación Visual, que también es de cuatro años. Las tecnicaturas son de tres años y están desarrolladas en acuerdo con la ordenanza de grado de la Udelar. Las licenciaturas generan un mayor debate, que tratamos de organizar a la interna del instituto para ver la necesidad eventual de reformar los planes de estudio. Pensar la duración de las carreras por la densidad del programa académico. La licenciatura de Lenguajes y Medios Audiovisuales de Playa Hermosa va a ser muy interesante para cotejar con las licenciaturas de Montevideo, porque tiene una duración diferente. Los planes actuales ya llevan 11 o 12 años de desarrollo, ya hay grupos de egresados y estaríamos en condiciones de ver cómo han funcionado.
-¿Qué impulso se va a dar a las políticas de investigación?
-Hay muchas actividades en el servicio sobre las que debería haber sistematización, para que los resultados de los procesos de investigación y creación de los talleres y los cursos puedan tener las condiciones de la producción de conocimiento: poder ser expuesto, comunicable, contrastable. Con satisfacción vemos que hay muchos estudiantes que conforman grupos de investigación y se presentan al Programa de Apoyo a la Investigación Estudiantil de la Comisión Sectorial de Investigación Científica; la cantidad de grupos ha ido creciendo en el IENBA desde que existe el programa, actualmente hay cinco grupos trabajando en diversas áreas. Además, empezamos a trabajar en crear las condiciones para desarrollar una maestría en Artes Visuales. Hay una comisión que está prácticamente conformada con el objetivo de trabajar durante 2016 para estudiar las condiciones de creación de la maestría, para presentarlo al cogobierno del IENBA en 2017. Pensamos en un programa propio que, en principio, sea de interés para nuestros docentes y graduados. Hay cinco o seis docentes de Bellas Artes que están haciendo estudios de posgrado, a veces en otras facultades de la Udelar, a veces en el extranjero, lo que demuestra que hay interés y la necesidad de un programa propio, porque a veces la gente no tiene las condiciones de trasladarse al exterior. Pensamos que el programa debería tener dos vertientes: una de corte teórico y una vinculada a procesos de creación. Las universidades, en general, están muy apegadas a las tesis textuales, y hay áreas o espacios dentro de algunas áreas disciplinares donde la tesis en un modelo de texto no responde a la creación de conocimiento o, eventualmente, no da cuenta de la creación de conocimiento. Si bien internacionalmente los posgrados en el área de las artes visuales se han desarrollado respecto de la historia o la pedagogía del arte y en base a un modelo textual, ya hay ejemplos en otras universidades donde, sin obviarlo, podemos pensar en otro modelo, en el que la evidencia de la creación de conocimiento pueda ser, por ejemplo, una exposición de obras a la que se llegó luego de un proceso de formación.
-¿Y en materia de extensión?
-Para nosotros, la extensión es muy importante, y es un elemento distintivo de Bellas Artes. Ahí tenemos una idea de extensión muy vinculada a los cursos; los estudiantes en general deberían trabajar en acciones de extensión vinculadas a los cursos. A veces eso pasa con más intensidad y a veces, por momentos específicos, esa actividad baja un poco, pero es algo que el equipo docente del servicio tiene muy presente. Muchas veces se actúa en actividades de extensión o de relacionamiento con el medio a solicitud o a demanda del medio social, y se trabaja con muchas instituciones públicas. Se trata de que cuando hay una demanda al servicio, la atención de esa demanda, que a veces es un mural o un diseño, tenga que ver con la formación del estudiante. Actualmente, el IENBA está trabajando en cuatro o cinco ideas que tienen que ver con derechos humanos, para lo que algunos talleres han trabajado con el Museo de la Memoria y con otras instituciones en muestras públicas con el contenido vinculado a derechos humanos. Hay una incorporación del servicio a las actividades por el año cervantino, estamos trabajando en realizar una carpeta de estampas digitales, pensando en el Barroco como época histórica y como marca artística, pero desde los lenguajes actuales. También hay un equipo de docentes y estudiantes que trabajan en el Programa Integral Metropolitano y varias acciones que están ocurriendo con los talleres y con las áreas, como un convenio con el teatro Solís para digitalizar el Archivo Zitarrosa, que va a permitir que trabajen estudiantes y docentes del área Fotografía.