LAS ACTAS DEL PARLAMENTO

Luis Lacalle Pou: No se puede ser tan caradura como para decir que la relación con Venezuela no tiene un carácter netamente político.

José Mujica: Andá a decirle eso a tu padre, bo.

Luis Lacalle Pou: Espere que lo llamo.

José Mujica: Venezuela es bruto mercado, le vamos a seguir vendiendo, ¿ta?

Luis Lacalle Pou: Tengo en línea a mi padre. ¿Qué era lo que le tenía que decir?

José Mujica: Pah, ya ni me acuerdo. Grité algo por gritar algo, nomás. Lo que pasa es que me tienen harto con el tema de la política y el comercio. Yo me tuve que bancar a cinco locos de Guantánamo para poder venderle naranjas a Estados Unidos. ¿Y saben qué? Lo voy a hacer de nuevo. Sí, señor. Hace poco hablé con Irán y me van a mandar a 150 preadolescentes que están a punto de ser lapidadas porque se les corrió el velo islámico con el viento. A cambio de salvarles la vida les vamos a vender 2.000 toneladas de butiá a los iraníes.

Luis Lacalle Pou: ¿No ve que es un caradura? Porque una cosa es el comercio y otra cosa la política. Al pueblo uruguayo no le importa la política, lo que le importa es que se puedan vender nuestros productos y así generar ingresos para el país. Entonces, si usted le vende a Venezuela, a nivel comercial sirve, pero a nivel político… O sea… Perdón, me perdí un poco. ¿Podemos votar un cuarto intermedio mientras ordeno mis ideas?

José Mujica: ¿Se dan cuenta de cómo el sapo habla solito cuando le pisan la patita? Los oligarcas, los intelectuales universitarios, los artistas, la gente que terminó la escuela en general, no saben nada de la vida, entonces creen que todo pasa por ordenar las ideas. Yo me pregunto: ¿para qué corno sirve ordenar las ideas? Yo estoy en contacto con el pueblo y por eso digo lo primero que se me viene a la cabeza, sin pensar. ¡Mi reino por un caballo! ¡Qué vuelvan los milicos, carajo! ¡Viva la pornografía japonesa!