Finalmente, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y el Ministerio del Interior (MI) llegaron a un acuerdo para instalar cámaras de seguridad con sistemas de reconocimiento facial en el estadio Centenario. Dirigentes de varios clubes aseguraron que si bien la medida es cara, se le piensa sacar “un gran provecho”. “Con este sistema vamos a poder identificar con exactitud quiénes son los hinchas que agreden o roban a otros hinchas o destruyen instalaciones. Nosotros tenemos un problema muy frecuente, y es que les regalamos entradas a los barras para que armen mucho lío, pero después de que entraron se comportan como hinchas comunes y corrientes. Ahora no se van a poder hacer los vivos: el que entre y no rompa nada ni le pegue a nadie se queda sin entrada para el próximo partido”, aseguró el presidente de un club de Primera División.
Pero hay otros dirigentes que creen que el acuerdo entre la AUF y el MI podría generar “ciertos inconvenientes”. “Ya estuvimos hablando con algunos de los elementos más peligrosos de nuestra hinchada mientras comíamos el asado de todos los jueves de noche, y nos dijeron que si las cámaras se van a instalar a mediados de 2017, van a aprovechar lo que queda de este año y la mitad del siguiente para romper todo lo que puedan y, de ser posible, matar a alguien, así tienen material para sus canciones durante un par de años”, explicó el presidente de un club de Segunda División.
Fuentes del MI reconocieron que esta hipótesis es “bastante factible”, pero también aseguraron que “siempre existe la posibilidad de que el plan de los barras sea el opuesto, es decir, romper la menor cantidad de cosas posible y juntar fuerzas para descargar toda su furia al comienzo del próximo campeonato, precisamente para destrozar las nuevas cámaras”. Un integrante de la Mesa Ejecutiva de la AUF reconoció que ya se establecieron contactos con varios “jefes de seguridad” de las hinchadas más violentas, “para ofrecerles un par de cámaras, a modo de sacrificio, para que no las rompan todas”.