“No es posible que un canciller brasileño tome esa actitud en relación a un canciller uruguayo. Brasil no puede darse el gusto de creer que compra algún país. No somos imperialistas, nosotros nunca lo fuimos. No podemos tratar a los países de esta forma”, manifestó la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida en el ejercicio del cargo por un proceso de juicio político en su contra. En declaraciones durante un encuentro con mujeres dirigentes sociales, transmitido por Facebook, Rousseff apuntó que el gobierno interino de Michel Temer, y en particular la cancillería encabezada por José Serra, han cometido también “otros estragos” en política exterior.

Las cancillerías de Brasil y Uruguay dieron por superado el miércoles el incidente entre ambos países generado por las declaraciones del canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa.

El miércoles, Serra volvió a cuestionar al gobierno de Venezuela y aseguró que ese país “no va a asumir el Mercosur, eso es seguro”. “Vive bajo un régimen autoritario, no democrático. [...] Deshecho este gobierno autoritario, cuando resurja la democracia, Venezuela podrá contar con Brasil para su reconstrucción”, sentenció.

Serra dijo que se está “buscando una fórmula” para “poder llevar el Mercosur hasta diciembre y que en enero asuma el presidente [de Argentina, Mauricio] Macri”. El miércoles, una delegación de la mesa directiva del Parlasur le propuso a Nin que se realicen reuniones del Mercosur en un país “neutral”, como Argentina, en las que participen los miembros plenos del bloque, incluida Venezuela. En la misma conversación que mantuvo con la prensa, Serra confirmó que Nin lo llamó por teléfono y le dijo que hubo un “malentendido”. “Todo vuelve a la normalidad”, aseguró Serra.