El peatón que ayer pasó por el Pasaje de los Derechos Humanos en Montevideo cerca de las 15.00 seguramente escuchó la canción “Que canten los niños”, de José Luis Perales, vio juguetes en el piso y las escalinatas de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), y carteles que rezaban “Papá existe, basta de discriminación”: la organización Todo por Nuestros Hijos se manifestó ayer y pidió, por quinto año consecutivo, que los jueces actúen “con plena independencia” del “poderoso lobby feminista radical” que impide que padres separados de las madres de sus hijos los vean y les entreguen los juguetes del Día del Niño. “Únicamente pretendemos desempeñar nuestro rol de padres sin participar de ninguna lucha de sexos”, decía la proclama que leyeron después de escuchar el Himno Nacional y gritar al unísono: “Sabremos cumplir”.
Delia García, secretaria de Todo por..., señaló que desde 2012 han recibido alrededor de 5.000 consultas de familias en todo el país, y que la mayoría son de hombres, “por un tema del rechazo que sienten frente a los juzgados de Familia”, pero que también hay de “madres, abuelas y tías”.
El proyecto
El 5 de febrero, el senador del Partido Nacional Luis Lacalle Pou presentó un proyecto de ley elaborado por la organización. Allí se plantea la modificación de dos artículos sobre tenencia compartida del Código de la Niñez y Adolescencia, y se establece que “en caso de cualquier denuncia realizada contra uno de los progenitores [...] no se suspenderá la tenencia compartida, hasta tanto no exista una sentencia firme de condena en contra del progenitor denunciado”. En la exposición de motivos se plantea que “en algunos casos” de separación de los padres, sea por el motivo que sea, se generan “problemas tales como la falta del pago de los alimentos, el alejamiento del padre visitante, un abuso psicológico o Síndrome de Alienación Parental (SAP) en el menor por parte del progenitor conviviente y el dolor de este por no contar con uno de sus progenitores”. El SAP es cuestionado por la academia y profesionales del área y no es reconocido por la Organización Mundial de la Salud.
Por otra parte, el presidente de la SCJ, Ricardo Pérez Manrique, dijo que “no se puede imponer a todo el mundo la misma solución”. “Es fundamental la aplicación de una solución a cada caso; no hay dos familias iguales”, aseguró.