La semana pasada, el presidente de la Gremial Única del Taxi, Óscar Dourado, se manifestó a favor de quitar la mampara de los vehículos. La propuesta se enmarca en la estrategia de los propietarios de taxis para competir con Uber. “Desde que apareció esta multinacional fuimos muy claros: con el trabajo de los obreros del volante no se juega. Con la vida, sí; ahí no tenemos grandes inconvenientes. En última instancia, hace varios años que venimos jugando con la vida de los pasajeros; arriesgar un poco la integridad física de los conductores sirve para variar un poco”, aseguró Dourado.
Pero desde el Sindicato Único de Automóviles con Taxímetro y Telefonistas (SUATT) rechazaron de plano esta medida y amenazaron con ir a la huelga si se concreta. “Esto no va a ser un paro común y corriente: va a ser una huelga con todas las letras. Y vamos a cagar a pedradas a los carneros que no paren para proteger la seguridad de los compañeros. La vida del taxista está antes que nada, y quien no lo entienda va a recibir cascotes de 3 kg en la cabeza. No los va a salvar ni la mampara”, explicó un dirigente sindical.
Mientras tanto, representantes de Uber para América Latina reconocieron estar “preocupados” por la posibilidad de una huelga. Un vocero de la multinacional explicó: “No podemos crecer a un ritmo tan rápido como el que nos reclama el mercado uruguayo. Primero, los taxistas agreden a los choferes de Uber; después, engañan a la población con impostores; ahora se van a ir a la huelga. La demanda de coches de Uber se va a disparar. Nosotros apreciamos la actitud de los taxistas de hundirse solos, pero necesitamos que lo hagan un poco más lento”. Una delegación del SUATT se reunirá hoy con el intendente de Montevideo, Daniel Martínez, para plantearle sus preocupaciones. Un dirigente sindical reconoció que no hay “grandes expectativas” por la reunión, ya que el intendente “es uno de esos loquitos que andan en bicicleta y protestan porque los encerramos en sus carriles”.