Las obras se están haciendo en las clásicas salas generales del hospital, en las que se hospedan entre ocho y diez pacientes; no tienen intimidad y cuentan con tan sólo dos baños a los que se llega atravesando un amplio pasillo. La falta de mantenimiento hace que las salas estén deterioradas, con revoques salidos, humedad y marcos de ventanas herrumbrados. En esas mismas condiciones están las salas de enfermería de estos seis pisos de hospitalización quirúrgica (del séptimo al duodécimo piso del HC).
El plan de contingencia se está aplicando en las salas 4 y 6 de los pisos 8, 9 y 10 (cada piso tiene seis salas), incluyendo los pasillos. Se arreglaron paredes, techos y conexiones eléctricas, se pintó, se instalaron lavatorios más cerca de las salas y -lo que genera el mayor cambio- se subdividió con mamparas cada sala en ocho espacios, uno por paciente, con camas y radiadores nuevos y repisa y perchero para que pacientes y acompañantes dejen sus cosas. Los solarios que tienen al frente, con vista privilegiada, también fueron reacondicionados: se cambiaron los marcos y, en algunos casos, las ventanas. También fueron reformadas algunas salas conocidas como “apartados” (dos o tres por sala general), donde se ubican los pacientes que no pueden estar en salas comunes debido a infecciones específicas.
La actual fase del plan de contingencia abarca la reforma de seis salas; 72 camas de un total de 300 que tiene el HC. Se invirtieron 17 millones de pesos, informaron a la diaria Ballesté y la directora de Arquitectura del hospital, Ana Estévez. Los restantes 23 millones de pesos con los que contaba este año el HC para inversiones fueron destinados a tareas de mantenimiento en los blocks quirúrgicos y a la adquisición del equipamiento necesario, otro de los aspectos críticos del centro de salud. La Udelar aprobó además una partida especial de 15 millones de pesos para incluir, este año, otras seis salas en el plan de contingencia.
Las obras permiten mejorar mínimamente la situación de estas salas. “El hospital tiene que seguir funcionando, con o sin proyecto de desarrollo, porque en cualquiera de los escenarios nos va a llevar años refuncionalizar el edificio”, explicó Ballesté.
Pero el plan de contingencia no da abasto con las necesidades del hospital, que requiere reformas estructurales y, por lo tanto, inversión “fuerte”, según la directora. Ballesté identifica como otra de las áreas que necesita “intervenciones urgentes” la de policlínicas, en la planta baja y el primer piso del hospital. También el block quirúrgico, que, añade, “no respeta las normativas vigentes para salas de block”. Estas salas fueron pensadas hace 63 años, y para la realidad actual (cantidad de personal que interviene en las operaciones, instrumentos y tecnología requeridos) quedaron “chicas”. “Eso nos complica si queremos ser referencia en algunas especialidades, además de que los blocks quirúrgicos están en el piso 17, cuando la Emergencia está en la planta baja y el CTI en el piso 14, distribución que no es operativa. Son áreas que deben estar juntas, porque tienen que interactuar”, detalló la directora.
“Lo que estamos haciendo es paliar una situación que es insostenible, pero no cambia la realidad del hospital”, graficó. “Tenemos una situación en la planta física que conspira contra la asistencia de los pacientes, contra la situación laboral de los funcionarios y contra la formación de recursos humanos; eso tenemos que revertirlo, y es urgente”, insistió.
Sobre la mesa
El gobierno rechazó el proyecto de financiamiento de las obras presentado por la Udelar, que planteaba pagar la inversión creando un fideicomiso con parte de los aportes patronales que paga la universidad pública y que no pagan las privadas. Rechazada esa propuesta, y manejándose únicamente la opción de hacer la reforma como un proyecto de participación público-privada (PPP), la decisión de si aceptar o no ese camino iba a discutirse en la sesión de hoy del Consejo Directivo Central (CDC) de la Udelar, pero la reunión se suspendió y el tema quedó para la próxima, en 15 días.
Algunos actores ya han manifestado su posición contraria a iniciar el proceso de la PPP. Es el caso de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, de la Unión de Trabajadores del HC (UTHC), de integrantes del orden de egresados y -con el voto contrario del decano, Fernando Tomasina- de la Facultad de Medicina. En cambio, los docentes del hospital y la directora ya han manifestado que están dispuestos a inscribir la obra y estudiar la viabilidad del proyecto, priorizando el diseño arquitectónico que presentó la Udelar en marzo. La Asociación de Docentes de la Udelar condicionó su apoyo a la forma de financiamiento a que se ejecute el proyecto universitario, aunque volverá a discutir el tema de la PPP antes de la próxima sesión del CDC. Una postura similar adoptó el Consejo de la Facultad de Ingeniería.
“Es el primer gobierno, después de años, que plantea hacer una refuncionalización de la estructura del hospital, y la forma que está dando es la PPP. Lo dije en muchas instancias: considero que la PPP no es la mejor forma de hacer una obra hospitalaria, pero está claro que es la única que está sobre la mesa. Si somos nosotros los que decimos ‘no’ a esta forma de financiación que está planteando el Ejecutivo, ¿qué pasa con el hospital, cómo seguimos? Si somos nosotros los que decimos que no, tenemos que ser responsables de que estamos diciendo que no y resolver cómo la Udelar va a asumir la refuncionalizacion de la planta física, porque si no va a seguir pasando lo que pasó durante muchísimos años: no hay dinero, no hay inversión, no hay mantenimiento, y el hospital se sigue viniendo abajo”, afirmó la jerarca.
Consideró que una de las condiciones que harían viable una PPP para el hospital es que sea para la reconstrucción de la actual planta física y no para un edificio nuevo, y que se establezca qué servicios podría gestionar el privado y cuáles no. Los servicios académicos y asistenciales, como la atención médica y de enfermería, la decisión sobre qué tecnología se aplica, deben mantenerse en la esfera universitaria, afirmó, mientras que el mantenimiento del edificio, la vigilancia, la higiene, el estacionamiento o la cantina se podrían dejar en manos del privado. Otras áreas son “más discutibles”, consideró, en referencia al mantenimiento de la tecnología (aunque aclaró que gran parte del mantenimiento de tecnología médica ya está hoy tercerizada) o la cocina. “También formamos recursos humanos en la cocina, y está directamente vinculada a la asistencia del paciente”, señaló, por lo que sería un área complicada de privatizar. Áreas como el mantenimiento del oxígeno o la disposición de los residuos también están actualmente tercerizadas.
“Nos asusta la tercerización, sí, pero es la Udelar la que debe establecer y negociar qué sí y qué no, hay áreas en las que no nos cambia absolutamente nada, y pueden ser muy beneficiosas para quien decida invertir en el hospital. Si no es viable, no es viable, pero que se den los pasos para decir que no es viable. Si cerramos la puerta ahora, creo que la visión hacia afuera va a ser muy gráfica: el gobierno planteó la posibilidad de refuncionalizar toda la planta física del HC y la Udelar no aceptó. Si demostramos que no es viable la PPP, se verá si hay otra propuesta de financiación, pero hoy no hay”, aseguró.
Reparos
Los funcionarios ven como “muy positivo” el plan de contingencia que se está aplicando en el hospital, porque “va a ayudar mucho en la atención de los funcionarios al usuario y en la hotelería”, reconoció María Montañez, dirigente de UTHC. Sin embargo, la falta de inversión estructural afecta las condiciones de trabajo y asistencia, y por ejemplo, en este último tiempo varias veces tuvieron que afrontar traslados por cañerías rotas.
Pero la funcionaria reafirmó el rechazo de la UTHC al proyecto de PPP. Recordó que el año pasado comenzaron a estudiar los casos de Inglaterra, Francia y España, donde se han implementado reformas de este tipo y “hoy, por ejemplo, Francia nuevamente intenta recuperar hospitales”. “Nuestro hospital es autónomo, cogobernado, público. Este tipo de financiamiento te lleva a que las empresas, las multinacionales, tomen parte de la gestión de la salud”, un proceso que, consideró, termina con la “privatización de absolutamente todo menos la asistencia médica”.
Aseguró que el proyecto de financiación presentado por la Udelar era más barato que algunos de los que presentó la consultora, y que para los funcionarios “no perder ni una mano de obra es fundamental”.
Al momento de plantear alternativas, los funcionarios “pasamos la responsabilidad al Estado, al Poder Ejecutivo”, afirmó la dirigente sindical. “Hay un debe con el hospital universitario no sólo de este gobierno, también de los anteriores. Hubo un compromiso preelectoral con el hospital y el 1° de marzo. [El presidente Tabaré] Vázquez lo volvió a decir, y nunca hablamos de PPP”, aseguró, y añadió que “pedirle a la Udelar que transite ese camino es complicado. Es la Universidad, con todo lo que significa ideológicamente”.