El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, habló ayer ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En su discurso negó que la política expansionista de su gobierno en los territorios palestinos ocupados sea la causa del conflicto entre Israel y los países vecinos y llamó a la ONU a preocuparse por cosas más importantes. Los médicos que atienden a Netanyahu destacaron la “enorme resistencia física de nuestro primer ministro, que año a año es capaz de generar dosis de cinismo cada vez más altas sin que por ello su organismo se vea afectado”. Las habituales críticas del mandatario hacia la inmensa mayoría de los países del mundo fueron un poco más allá esta vez y, por momentos, adoptaron un tomo amenazante: “Depongan las armas. La guerra contra Israel en la ONU ha terminado. Algunos tal vez no lo sepan, pero pronto sus presidentes y primeros ministros les informarán”, afirmó. Integrantes de las delegaciones de Italia e Irlanda, que se encuentran ubicados a un lado y otro de Israel en la Asamblea, reconocieron que en ese momento sintieron el temor de que iban a ser desplazados de sus asientos y que estos iban a ser ocupados por diplomáticos israelíes. “En lo personal, ya hablé con Roma y les dije que si el año que viene no ponen una alarma antibombardeo yo no voy”, reconoció un diplomático italiano.
Según varios medios de Estados Unidos e Inglaterra, Israel no sólo estaría radicalizando su discurso, sino que también existen planes para desarrollar una política más agresiva de relacionamiento con el mundo. Un artículo publicado en The New York Times afirma: “En la política exterior israelí se pasa fácilmente de acusar a un país de antisemita y de victimizar a los palestinos a considerarlo como una amenaza para su seguridad nacional. Y de ahí a empezar a construir casas con piscinas en su territorio hay un paso mínimo. Ya hay planes para construir asentamientos en Noruega, Samoa y Guatemala, pero lo más probable es que con el tiempo se terminen ocupando territorios en los más de 180 países que apoyan condenas en su contra”.