El presidente Tabaré Vázquez viajará a mediados de mes a Nueva York para participar en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. El mandatario aprovechará para reunirse por primera vez con Michel Temer, el presidente de Brasil, quien asumió luego de la destitución de Dilma Rousseff. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) consideran que la ciudad estadounidense es un “lugar ideal”, ya que “es muy difícil que una marcha del Pit-Cnt, Plenaria Memoria y Justicia o Asamblea Popular se desplace hasta allí”. Sería el mismo motivo por el cual la reunión con el presidente argentino, Mauricio Macri, se realizó en la estancia de Anchorena y el encuentro con la líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, tuvo lugar en el baño de un café ubicado sobre el bulevar Champs-Élysées en París. “Fue difícil hacer pasar un viaje a Río Negro por uno a París. Por suerte, el Perro Vázquez es muy parecido a su hermano si se afeita”, aseguró una fuente del MRE. La confirmación de que Vázquez hablará en la Asamblea fue bien recibida por varios líderes mundiales. “Es una excelente oportunidad para estirar las piernas y tomar un cafecito”, explicó la canciller alemana, Angela Merkel. Barack Obama, presidente de Estados Unidos, reconoció por su parte que el año pasado siguió “con una pizca de interés” la intervención de Vázquez, debido a que se refirió al litigio entre Uruguay y Philip Morris. Pero este año, como el juicio terminó (ver nota a la izquierda de la página o a la derecha; al cierre de esta edición aún no se sabe de qué humor está el diseñador), Obama considera que habrá “muy poco para escuchar”. El presidente Mariano Rajoy, quien se espera que aún esté en el poder luego del fracaso de tres elecciones presidenciales en su país, admitió que es “por lo menos descortés” ausentarse de la sala “en momentos en que está haciendo uso de la palabra el presidente de un país hermano como Uruguay, pero más irrespetuoso sería aparecer con cara de aburrido”.