La idea de ampliar las alianzas del Frente Amplio (FA) de cara a las próximas elecciones, esbozada por la senadora del Movimiento de Participación Popular (MPP) Lucía Topolansky y por el diputado de Alianza Progresista Óscar de los Santos, genera preocupación en otros sectores del FA. Topolansky ratificó la política de alianzas que desarrolló el Espacio 609, por el que fue electo el diputado Gonzalo Mujica, y afirmó que hay que tener “cabeza abierta”. De los Santos opinó que el FA debería formar parte de un “espacio político nuevo”, tejiendo alianzas con sectores sociales que no conforman su sector tradicional de apoyo, sobre la base de un programa común, distinto al programa del FA.

El senador de Compromiso Frenteamplista (lista 711) Marcos Otheguy dijo a la diaria que la primera pregunta que debe hacerse el FA ante la posibilidad de una “reedición de la experiencia del Encuentro Progresista [EP]” es “para qué”: “Si es para ganar una elección más, o para establecer un programa que permita seguir transformando Uruguay, avanzando hacia una democracia más radical en términos de derechos y de igualdad”.

Otheguy dijo que le parece “sobredimensionado” que se haga este planteo para recomponer las mayorías parlamentarias en este período, ya que eso puede hacerse “con inteligencia y liderazgo” y “puntualmente frente a cada proyecto de ley” que ingrese al Parlamento. En cambio, si el planteo apunta a consolidar “alianzas policlasistas que den sostén a un programa de transformaciones en clave progresista, considero que se está invirtiendo el orden, y que antes de pensar en ingenierías electorales tendríamos que comenzar a discutir el para qué”, advirtió el senador.

Otheguy sostuvo que “es claro” que los éxitos electorales en Uruguay “se asocian a lograr captar un electorado medio, que es el que termina definiendo las elecciones nacionales”. “Pero lo que hay que tener en cuenta, y sobre todo lo tiene que tener en cuenta un partido de izquierda, es que ese centro no es inmóvil, y que en escenarios de retrocesos ideológicos y éticos este centro tiende a moverse a la derecha. Por tanto, el desafío de un partido de izquierda es retomar con vigor el debate ideológico y estratégico, más que para ubicarse al centro, para correr a ese centro hacia las propuestas y valores de un partido de izquierda”, afirmó el senador.

El director nacional de Trabajo e integrante del Comité Central del Partido Comunista, Juan Castillo, sostuvo que la principal preocupación del FA debe ser gobernar en los tres años que quedan del período. Dijo que no comparte la propuesta de conformar un “Frente Grande” o reeditar la experiencia del EP tal como se ha planteado, elaborando un programa común con los aliados por fuera de la orgánica. Además, recordó que en el caso de la experiencia del EP, en 1994, fue “exactamente al revés”: “Muchos sectores se sumaron al programa del FA, y no a la inversa”. “Mi preocupación es no bajar los contenidos del programa del FA. Yo no estoy preocupado sólo por ser gobierno, quiero ser gobierno con concepción de izquierda, con cambios que apunten a transformaciones sociales, generando las condiciones para el socialismo”, afirmó.

Castillo consideró que la principal alianza que el FA debe fortalecer es en su interna, con su base social, “con la clase obrera organizada, con los estudiantes, con el movimiento popular en su conjunto”. “Cuanto más fuerte ideológicamente y más cohesionadas tengamos nuestras fuerzas internas, cuantos más lazos con el entramado popular, eso va a permitir generar las condiciones para hacer acuerdos transitorios y particulares para conseguir las mayorías necesarias”, evaluó. Coincidió con De los Santos en que “los pequeños y medianos productores de la ciudad y el campo están en el centro de la preocupación de un gobierno de izquierda y son aliados estratégicos”.

Además, Castillo llamó a que esta discusión no se dé “por la prensa” sino en las instancias orgánicas del FA, en los comités de base y en los sectores.

En el Partido Socialista (PS) tampoco convence la idea del Frente Grande. La secretaria general del partido, Mónica Xavier, dijo al semanario Brecha que el FA “no es partidario de un desdibujamiento de los contenidos programáticos y del propio Frente, aunque siempre hemos sido amplios, como en el momento de la creación del EP”.

El diputado socialista Roberto Chiazzaro dijo a la diaria que le “preocupa mucho este giro que está habiendo en el FA”. “Estamos involucionando. Todos los lineamientos que tiendan a debilitar la orgánica frenteamplista son una involución. Los socialistas no estamos para apoyar nada que debilite la orgánica frenteamplista”, sostuvo. Dijo además que la experiencia del Espacio 609, que incorporó una columna blanca y una columna colorada, “ya sabemos cómo terminó”, en referencia al alejamiento de Jorge Saravia del FA y su incorporación al Partido Nacional.

Por su parte, Constanza Moreira dijo a Brecha que para que el FA se vuelva grande “tiene que reconocerse en los movimientos populares de los que tanto ha aprendido a desconfiar desde que se volvió un socio más de la partidocracia. Un socio mejor, más honesto, más ideológico y más progresista, pero un socio al fin”. Consideró que el FA está “entrampado” en la “partidocracia”. “Por eso los intentos desesperados por buscar soluciones donde no las hay más, como lo del Frente Grande, reflejan una falta de entendimiento sobre este fenómeno”, opinó.