La cancillería salió a marcar la cancha en la discusión interna del Frente Amplio sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Chile. Algunos sectores oficialistas críticos con el acuerdo, como Casa Grande y el Partido Comunista, opinaron que el tratado limita el accionar del Estado porque, al negociarse en base a listas negativas –nóminas que excluyen de las negociaciones a los sectores sensibles para cada país–, un país se ve obligado a prever todos los posibles sectores que se verían afectados por el acuerdo, de modo de excluirlos. Todo lo que no se excluye en las reservas queda automáticamente incluido en la negociación.

En un comunicado, la cancillería detalló ayer los sectores en materia de comercio de servicios que están excluidos de las negociaciones, contenidos en el anexo 2 del capítulo 7 del tratado. Se trata de áreas que “por su sensibilidad, el Estado entiende que no deben ser liberalizadas a futuro”, señala el ministerio. Entre ellos, el otorgamiento de “derechos o preferencias a grupos social o económicamente en desventaja”, los servicios audiovisuales y de radiodifusión, la distribución de combustibles, la producción y distribución de agua potable, los juegos de azar, la electricidad, la explotación de minerales, los servicios relacionados con la agricultura, la educación, la salud y la seguridad social, servicios financieros y telecomunicaciones.

La cancillería sostuvo que el sistema de listas negativas “no implica una desregulación o privatización”. Aclaró que los nuevos servicios que puedan crearse en un futuro no quedan automáticamente liberalizados, ya que, según sostuvo, el capítulo de servicios dispone en su artículo 7.8 que los estados “podrán introducir nuevas regulaciones en el suministro de servicios para satisfacer sus objetivos de política”.

El canciller Rodolfo Nin Novoa dijo ayer a la prensa, antes de participar en una actividad organizada por la Comisión Rodríguez Fabregat y el Departamento de Estudios Judaicos de la Universidad Ort, que el TLC con Chile es “muy importante”. “El argumento que usan algunos detractores, de que el comercio de servicios no es importante con Chile, se vuelve prueba para que el tratado entre en vigencia: precisamos el tratado para impulsar el comercio de servicios entre las dos partes”, remarcó. Afirmó que Uruguay no resigna “ni un ápice de soberanía” con este acuerdo. “No discutimos ni negociamos áreas sensibles para la economía uruguaya, como las telecomunicaciones, el sistema financiero, la propiedad intelectual. Sería un grave error estratégico que Uruguay no aprobara este tratado, porque es una muy mala señal para el mundo entero. Yo soy el primero en defender nuestra soberanía, y por eso tenemos tantas reservas en el anexo 2 del capítulo 7”, manifestó Nin.

Por otra parte, destacó los acuerdos logrados recientemente con México, que permitirán a Uruguay tener un cupo de carne que ingresará libre de arancel, cuando la mayoría de los países tienen que pagar 15% para ingresar a ese mercado. Además, destacó que “conseguimos algo que no tiene ningún país del mundo, que es entrar con leche en polvo a la góndola” en México. Sobre el TLC con la Unión Europea, Nin dijo que hay “algún acuerdo” pero quedan “dos temas sensibles: carne y etanol”, en los que la oferta europea no satisface al Mercosur. De todos modos, estimó que estos temas se van a resolver “con toda seguridad enseguida después de la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Buenos Aires, es decir, a partir del 10 de diciembre”.

Por su parte, el presidente Tabaré Vázquez dijo a Búsqueda que el gobierno “va a continuar con el programa trazado y no desistirá de negociar tratados de comercio o de distinta índole, en la región o fuera de ella”.

Dos estados

Nin participó ayer en un acto de celebración de los 70 años de la resolución 181 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que en 1947 dispuso la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional. El canciller destacó que se trató de una “resolución histórica para un pueblo amigo” y resaltó el aporte de Uruguay a la resolución de una causa “justa y necesaria”. Consideró que esta decisión de la ONU significó “una victoria contra todos los actos de discriminación”, pero que luego fue seguida por un enfrentamiento que continúa hasta hoy. “Uruguay aspira a que se logre una solución justa y duradera, en base al derecho internacional”, dijo el canciller. Reiteró que Uruguay apoya la constitución de dos estados independientes porque se trata de “la única opción que permitirá la coexistencia pacífica de Israel y Palestina”. De todos modos, consideró que para que Palestina “sea un Estado pleno, tiene que ser capaz de controlar los episodios terroristas”. “La comunidad internacional tiene que acompañar este proceso y alentar a las partes a volver a la mesa de negociación”, sostuvo.