El Jardín de los Colores es una cooperativa de trabajadores que desde hace 20 años recibe a los más pequeños del barrio Cerro, y ahora se incorporó al Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC) con una extensión horaria para que los hijos de los estudiantes del turno nocturno de los liceos 11 y 61 puedan dejarlos allí y acudir a clase para terminar sus estudios de educación media. El acuerdo permite que las maestras del jardín extiendan su horario de 17.30 a 21.30. Este proyecto es un trabajo en conjunto del SNIC con el Consejo de Educación Secundaria (CES) y el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU). Según explicó a la diaria la directora del liceo 11, Rita Fagúndez, “el objetivo es que los niños ya no acompañen a sus padres a clase y puedan estar en un lugar apropiado para su edad; es una mejora para todos”.

Trabajar y estudiar

La idea comenzó a gestarse a principios del año pasado y finalmente se concretó en los últimos días de agosto. Como el espacio se habilitó en el segundo semestre, actualmente sólo acuden siete pequeños de entre cinco meses y tres años; “muchas familias ya habían encontrado una solución temporal para el cuidado de los más pequeños en la noche, pero esperamos que el año que viene ya tengan en cuenta esta solución”, comentó Fagúndez, y agregó que hay un cupo de 20 lugares para los niños en el jardín de la calle Barcelona, ubicado a unas nueve cuadras del liceo 11.

Marisa Lindner, presidenta del INAU, dijo en la inauguración del espacio, el viernes 27 de setiembre, que los primeros destinatarios del espacio se acercaron mediante la propia institución educativa, que ofreció esta alternativa a los estudiantes que trabajan y estudian y tienen niños a su cargo, y además se realizó una convocatoria entre las personas que desertaron del sistema educativo formal que están anotadas en algún programa del Ministerio de Desarrollo Social o del propio INAU.

También en el interior

Este espacio se suma a los ya existentes en Young, departamento de Río Negro, y en Canelones, que funcionan de una forma similar, “buscando dar respuestas a una población con familia que por distintas razones no pudo dar continuidad a sus trayectorias educativas”, aseguró Lindner. Sobre la posibilidad de expandir este tipo de propuestas, la presidenta del INAU comentó que “hay muchas demandas y varias iniciativas de distintas partes del país, pero que primero “a fin de año se hará una evaluación de las tres alternativas, con la seriedad que corresponde, para asegurar la calidad y las mejores respuestas para los niños más pequeños”.

Aprovechar las redes

Lindner destacó las distintas situaciones que se presentan: “Puede haber niños que estén en otros centros educativos en las horas de la mañana pero no necesariamente; a veces este espacio puede ser el único lugar donde tenga un centro de referencia de cuidado y educativo”, por eso “se intenta generar la misma calidad de los centros CAIF [Centros de Atención a la Infancia y la Familia] y los CAPI [Centros de Atención a la Primera Infancia]”. Según la presidenta del INAU es importante trabajar las redes familiares y comunitarias y centrarse en una propuesta particular para cada pequeño: “No necesariamente tenemos que ajustar los niños a los servicios, sino los servicios a los niños”.