Hasta ayer todavía no había llegado al Parlamento el proyecto de ley que crea una Universidad de Educación, y todavía no estaba resuelto en qué cámara comenzará a discutirse el articulado. Sí está claro que, al menos, 2018 será un año clave para la discusión parlamentaria. Mientras que el oficialismo espera poder abrir una negociación con la oposición para lograr su aprobación en este período, gran parte de la oposición ya adelanta que el cogobierno y la autonomía serán nuevamente un escollo para la creación de la institución.

La creación de un ente autónomo requiere mayorías especiales que el Frente Amplio (FA) no alcanza, por lo que está claro que oficialismo y oposición deberán negociar si se quiere aprobar una Universidad de Educación. “Es una materia pendiente de Uruguay desde hace años, y es clave para mejorar la calidad de la educación”, aseguró el presidente de la Cámara de Diputados, José Carlos Mahía (FA), quien consideró que la aprobación de este proyecto implicará llegar, primero, “a un acuerdo interno en el FA sobre hasta dónde estamos dispuestos a llegar, a su vez, con la oposición, y en un diálogo con todos los actores de la educación y con la sociedad en su conjunto”. Mahía aseguró que trabajará “intensamente” para que el proyecto se apruebe, y añadió que es “defensor de la autonomía y el cogobierno”, pero entiende que “sin acuerdos en esta materia, en los que todos cedamos, no hay universidad posible”.

El diputado Sebastián Sabini (FA) consideró que en los tres años que transcurrieron desde que naufragó la aprobación del anterior proyecto de ley, en setiembre de 2014, el tema “fue entrando más en agenda; cuando arrancamos en 2010 no se podía hablar de este tema, y se hizo un proceso político de priorizar la Universidad Tecnológica [Utec], y a partir de ahí el escenario cambió totalmente”. Recordó que los estudiantes de formación docente están dando más charlas sobre el tema, y que la necesidad de la creación de la universidad “fue un tema que apareció con mucha fuerza en el Congreso de Educación”.

Para Mahía, la Utec, que fue votada por todos los partidos políticos, es un ejemplo a imitar; la ley creó la universidad con una dirección transitoria, elegida por el Poder Ejecutivo con venia del Senado, por un período que trascendía el período de gobierno, y prevé la convocatoria a elecciones para la dirección cogobernada.

Ayer y hoy

En el Partido Nacional (PN), que no votó la creación de la Universidad de la Educación en 2014, no se espera un cambio de postura. La diputada Graciela Bianchi, del sector Todos y asesora de Luis Lacalle Pou en temas de educación, comentó que en una reunión que mantuvieron las autoridades del PN con la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, para tratar este tema, se le transmitió a la jerarca que su sector “no va a votar ningún proyecto de universidad que contenga el mismo gobierno de la Universidad de la República [Udelar], que tenga autonomía y cogobierno”. “La posición nuestra es absolutamente innegociable”, explicó Bianchi: “Cualquier otra cosa la podemos negociar, pero en formación docente, dada la situación, que tiene años de anquilosamiento, de chacras personales, de nombres y apellidos que se sienten dueños y señores de determinadas asignaturas, es demasiado importante como para ponerle un bloque de cemento”. La diputada coincidió en que el modelo de la Utec “es muy bueno”, pero opinó que a partir de 2019, cuando se convoque a elecciones, va a dejar de funcionar: “Cuando tenga autonomía y cogobierno se termina la brillantez de la Utec; apuesto lo que quieras”.

Consideró, por otra parte, que las universidades especializadas en educación “ya están superadas en el mundo”, y que para lograr un cambio estructural la formación docente debería ser parte de las universidades, “de manera que tengan redes entre las materias específicas, donde se pueda desarrollar la investigación, la extensión, y el área de formación pedagógica. Pero como Uruguay siempre viene atrás, no tenemos problema en que sea una Universidad de la Educación, porque tampoco lo querríamos en la Udelar”, añadió. A su entender, lo mejor sería que la dirección de la universidad esté a cargo de personas nombradas por el Poder Ejecutivo, con venia del Senado, “con un nivel altísimo de exigencia académica”.

El Partido Colorado votó dividido el proyecto de Universidad de la Educación en el período pasado: Vamos Uruguay (VU) lo respaldó y Batllistas de Ley no. La diputada Susana Montaner, de VU, dijo que comparten el objetivo de “profesionalizar la educación”, y recordó que el senador Pedro Bordaberry presentó un proyecto en ese sentido. Dijo que el cogobierno “no era lo que más nos gustaba, porque entendíamos que es una de las cosas que han trabado la educación”, pero “queríamos que saliera”. Consideró que en esta nueva etapa la aprobación del proyecto “dependerá de la capacidad negociadora del oficialismo” y aseguró que el cogobierno complicará la discusión: “No sé cuántos de mis compañeros están de acuerdo para levantar la mano”.

El Partido Independiente (PI) también había acompañado el proyecto en 2014, pero, si bien el diputado Daniel Radío aseguró que están a favor de que la formación docente tenga grado universitario, consideró que resulta “difícil acordar” con el oficialismo. Aseguró que el PI tampoco está de acuerdo con el cogobierno, y si bien no la rechazó tajantemente, descartó la posibilidad de que exista una dirección que transitoriamente sea designada por el Poder Ejecutivo: “Si estamos pensando que por un período funcione bien para que después siga todo mal, prefiero que no”.

A diferencia del resto de la oposición, para Eduardo Rubio, diputado por Unidad Popular, la ausencia del cogobierno y la autonomía de la Universidad de la Educación sería un problema, pero también lo sería si esto no está “claramente establecido”. Rubio se reunió con Muñoz y sus asesores para conversar sobre el proyecto de ley de la Universidad de la Educación, y aseguró que en su sector “estamos afín a estudiar la idea”.