El 1º de marzo la Intendencia de Montevideo (IM) aumentó el precio del boleto, de 30 pesos a 33. El argumento utilizado fue que la venta de boletos viene cayendo sistemáticamente.

“Creemos que la gente que antes no pagaba un boleto porque estaba caro ahora va a empezar a hacerlo porque está más caro. Si eso no ocurre, bueno, entonces el problema no es de la IM, el problema es que a los montevideanos les chupa un huevo la ecología. Frente a eso no podemos hacer nada”, aseguró un jerarca de la División Transporte de la IM.

La “conciencia ecológica” de los montevideanos ha sido una preocupación recurrente del intendente Daniel Martínez, quien desde el inicio de su mandato buscó desestimular el uso del transporte colectivo para cuidar el medioambiente. Pero los aumentos en el precio del boleto están teniendo un efecto contrario. “Con un boleto tan caro, la gente hace cuentas y llega a la conclusión de que les sale más barato comprarse un Renault Laguna cero kilómetro y pagar todos los meses la cuota, la nafta, la patente y el seguro, que ir a trabajar en ómnibus. Creíamos que las subas iban a contribuir con el cuidado del medioambiente, pero ahora estamos pensando en ensanchar las calles, porque se viene un incremento gigantesco del parque automotor.

De hecho, si para cuando el boleto llegue a 130 pesos no tenemos muchos coches eléctricos, la contaminación nos va a devorar”, declaró un integrante del Ejecutivo comunal.