El sábado funcionó por primera vez el sistema de reconocimiento facial mediante cámaras instalado en el estadio Centenario. Según la Policía, se trata de un sistema “muy eficiente”, y que sólo presenta problemas en casos de personas con barba y bigote. “Afortunadamente no hay muchos hipsters entre las barras bravas del fútbol”, aclaró, de todos modos, un funcionario del Ministerio del Interior. En la Asociación Uruguaya de Fútbol esperan que las cámaras contribuyan sensiblemente a mejorar la seguridad en los espectáculos deportivos, aunque varios dirigentes dijeron que el sistema “puede llegar a tener sus limitaciones”.
El presidente de un club de Primera División dijo saber “de primera mano” que los dirigentes de Peñarol y Nacional ya tienen todo pronto para inaugurar esta noche el sistema de entrega de rostros falsos a hinchas violentos, para que puedan entrar sin problemas al estadio y hacer desmanes. “Esto es como lo que pasa con la lucha antiterrorista: está cada vez más tecnificada, pero los terroristas también. Las cámaras son un avance, pero ni bien se supo que se iban a instalar, los dirigentes compraron unas máquinas que te arman una cara falsa de látex”, aseguró el entrevistado.
En las directivas de los grandes, el hermetismo sobre las posibles trampas que se le puedan hacer a este nuevo sistema es total. “La respuesta en estos casos suele ser que este tipo de cosas pasaban pero ya no pasan. Es una estrategia muy buena cuando ya no se pueden negar las trapisondas que todo el mundo conoce y son tan evidentes que rompen los ojos. El tema es que como este es un sistema nuevo, no existe la posibilidad de tirar esa excusa”, reconoció un periodista deportivo que trabaja en una emisora radial. Sobre la posibilidad de que los dirigentes abandonen definitivamente este tipo de prácticas, el periodista opinó que es “muy difícil” que esto pase, ya que “si no se dedicaran a esto, se volvería evidente que tener tantos dirigentes no sirve para nada”.