Pedro Bordaberry: Yo asumo mi parte de responsabilidad por el escándalo de Francisco Sanabria. Sí, soy autocrítico. Pero seamos honestos: en el Partido Colorado no podemos cerrarle la puerta a nadie.

Fernando Amado: Qué triste que nuestra colectividad se venda por unos pesos.

Pedro Bordaberry: No, ¿qué pesos? Lo que no podemos hacer es perder un voto. De todas maneras, lo repito: soy autocrítico.

Fernando Amado: Pero, señor Bordaberry, ¿por qué en lugar de tanta autocrítica no da un paso al costado?

Pedro Bordaberry: Yo estoy dispuesto a abrirme, pero ¿quién quedaría en mi lugar?

Fernando Amado: Y bueno, estoy yo.

José Amorín Batlle: Prefiero a Bordaberry.

Fernando Amado: ¿Por qué me siguen ninguneando? Me fui a vivir solo, me voy a casar. ¿Qué tengo que hacer para que me respeten?

Susana Montaner: Bueno, esto se está desvirtuando. Creo que es un buen momento para cerrar la lista de oradores.

Aníbal Gloodtdofsky: ¡Esto es una moción mordaza! ¡Chavistas! ¡Populistas! ¡Estalinistas!

Miguel Manzi: ¡No insultes a las mujeres, atorrante! ¡Vení que te encajo!

Aníbal Gloodtdofsky: ¿Vos y cuántos más?

Pedro Bordaberry: ¡El parlante, anormales, cuidado con el parlante! ¡Lo rompieron! ¿De dónde vamos a sacar la plata para arreglarlo? ¿No se dan cuenta de que Sanabria está preso?

Susana Montaner: Creo que no vamos a tener más remedio que ir a pedirle a la cárcel.

Pedro Bordaberry: ¡De ninguna manera! Si no hay plata para arreglar el parlante, hablamos sin micrófono. Los principios no se negocian.

José Amorín Batlle: No se escucha.

Pedro Bordaberry: ¡Que vamos a tener que hablar sin micrófono!

Tabaré Viera: ¡Más fuerte!

Pedro Bordaberry: Bueno, está bien, llamen a Sanabria.