2017 implicará algunos desafíos concretos para el gobierno en materia educativa: la convocatoria al Congreso Nacional de Educación, que según anunció la directora de Educación, Rosita Angelo, comenzará en junio, y la discusión sobre la creación de una Universidad de la Educación. Angelo aclaró que no se presentará el mismo proyecto que fracasó en el período pasado y que tampoco se buscará “vender la misma institución con otra etiqueta”, respondiendo a los dichos del rector universitario, Roberto Markarian. La jerarca también dijo que en ciertos aspectos la universalización de la educación media “toma por sorpresa” a la educación formal, y que para lograr alcanzar esa meta “es tan importante lo que se hizo como lo que queda por hacer”. Angelo, que es docente de Historia, afirmó que el debate educativo “se discute con lógicas más propias del fútbol que de la educación”.
–¿Cómo ves el debate actual sobre educación?
-La educación desde hace bastante tiempo se viene posicionando como un punto de debate y de interés, y por lo tanto es lógico que a medida que el tema cobra relevancia, empiece a aparecer continuamente en los medios y forme parte de agendas, haya diversas propuestas. Uruguay tiene una historia de gente que se ha reunido a debatir y a hablar de educación; quizá lo que uno debería pensar es que, en los períodos que siguieron a la recuperación de la vida democrática, hubo una especie de hiato o vacío que hoy nos hace extrañar esto, pero Uruguay tiene una tradición de gente que se reunió, que debatió efusivamente sobre la educación. Lo que creo es que en algunos casos los debates se tiñen demasiado de cuestiones que se discuten desde la barra en la que estoy. Y la educación exige capacidad de escucha. Aun cuando se trata de la educación con la que uno pudiera tener el más alto grado de consenso, para que mantenga esa condición hay un momento en el que hay que interpelarla y cambiarla. A veces creo que se discute demasiado en una lógica que podría ser más propia para discutir de fútbol que de educación, y que en algunas cuestiones queda en un intercambio… Es muy difícil discutir de educación a través de un tuit. Más allá de que las redes tienen un papel importante, hacen marchar ideas, difunden cosas, en realidad la discusión sobre educación supone un despliegue de argumentos, supone unos tiempos y unos espacios que necesitan que se esté ahí, para acompañarlos y sostenerlos. A veces el debate corre por muy distintos niveles, uno se encuentra determinados actores discutiendo en varios espacios, y a veces no siempre con los tiempos y las profundidades que uno espera.
–Este gobierno se puso como meta que todos los jóvenes estén en el sistema educativo. ¿Están dadas las condiciones para que esa meta se cumpla en este período de gobierno?
-Hay algunas cuestiones que al país, y especialmente a la educación formal, los toman por sorpresa, cuestiones que están buscando resolverse. Pensar la universalización de la educación media pone sobre la mesa cuestiones que tienen que ver con temas de acceso, infraestructura, transporte; cuestiones que de repente estaban resueltas para el tramo de primaria y no están resueltas para el tramo de la educación media. Hay situaciones en las que se ha empezado a trabajar, pero es tan importante lo que se hizo como lo que queda por hacer, porque en realidad hay temas que están por resolverse. Si me decís “¿qué mirás del inicio de las clases?”, miro que por primera vez hay un número que está casi en los índices de universalización que accede a la educación media, y que esto despliega todos estos temas sobre la población que está en esos centros. El caso de la infraestructura no digo que sea fácil de resolver, pero creo que hay un plan que viene desarrollándose, hay lógicas de trabajo que ya a lo largo del año pasado y el anterior han ido mostrando adecuación de locales, acuerdos interinstitucionales de trabajo, apertura de nuevos centros, nuevos grupos… Después hay otro nivel complejo, y creo que es ahí donde se van a dar los debates, los temas más conceptuales que se disparan a raíz de esto: cuáles son las propuestas curriculares, cuáles son los cambios reales de las propuestas que los docentes tenemos -y yo me siento fuertemente interpelada como profesora-, y que de hecho la ANEP [Administración Nacional de Educación Pública] está discutiendo. Lo que sucede es que cuando los estudiantes están ahí adentro, se generan ciertas urgencias. Ahí está esta tensión entre lo que se viene haciendo, lo que logramos y lo que nos queda por hacer. Cuando hablás con las familias también hay cosas que discutir: qué valor le damos a la educación media, qué tanto estamos convencidos de que todos deben terminar la educación media. Y, como contracara, cómo estamos generando las propuestas didácticas o pedagógicas para que los chicos puedan terminar esa etapa. La calidad de la educación presenta cuestiones que tienen que ver con el acceso, pero también tiene que ver con las trayectorias educativas continuas. Y un gran logro que para mí se ha materializado es esta cuestión de, por primera vez, saber quiénes son los gurises, donde están. Durante años discutimos que [la educación] primaria contaba con una gran información, y que cuando [los estudiantes] pasaban a [la educación] media, todo eso desaparecía; ahora tenemos que trabajar con toda esa información.
–¿Qué grado de avance hay en relación a la Universidad de la Educación?
-Los acuerdos que se han realizado con los legisladores tienen que ver con algunos de los elementos que consideramos que deberían estar en ese proyecto de ley, y hay un acuerdo de que sea el Poder Legislativo el que formule el proyecto, con las consultas a todos los actores que sean necesarios, luego de que vuelva al Poder Ejecutivo para que el Ministerio [de Educación y Cultura, MEC], que es formalmente el que debe hacer la presentación, lo envíe, y luego sí entre en el proceso de discusión formal. La idea es que haya un espacio de discusión profunda; no estamos hablando de una misma institucionalidad a la que le cambiamos la etiqueta. Hay una preocupación que compartimos muchísimos de los actores que estamos alrededor de esta propuesta, y es que no es un tema que tiene que ver con cómo hacemos simplemente para que los maestros y profesores se conviertan en egresados universitarios. Hay una serie de preocupaciones y de actores que están expresando este tema, “que se haga bien”. En la última reunión coordinadora del Sistema Nacional de Educación Pública [SNEP], con la Universidad de la República [Udelar], la ANEP, el MEC, conversamos respecto de esto. Está esta cosa de “nos van a pasar gato por liebre”, “nos van a vender la misma institución con otra etiqueta”... Hay cambios profundos que requieren estos nuevos contextos educativos de los que estamos hablando, para los que efectivamente hay que pensar una nueva institucionalidad pensando en la formación de los maestros, profesores, educadores sociales y las carreras que la educación requiera. Evidentemente, va a haber muchos espacios de discusión, de acuerdo, y la formulación del proyecto tendrá que superar y generar algunos de los espacios de tensión que discutir estos temas requiere. Yo creo que no se puede desperdiciar un espacio histórico para poder construir una nueva institucionalidad, con investigación en educación, con extensión; pero también para repensar algunas tradiciones, para ver si son esos los contextos de tradición en que tenemos que seguir navegando o si son otros los que es necesario construir.
–Cuando se discutió la creación del IUDE, una de las trancas fue la creación del ente autónomo. ¿La autonomía de esta universidad es negociable?
-A priori,uno está pensando en una universidad con las características que para Uruguay tiene una institución universitaria, una institución autónoma. Pero también es verdad que hay un proceso de consulta con los actores; no digo que vaya a ponerse en entredicho o que se discuta la autonomía, pero las características de esa institución tendrán que ser acordadas y negociadas.
–La comisión que organiza el Congreso de la Educación ya se reunió. ¿Cuándo se va a hacer el Congreso?
-Un grupo de trabajo conformado por cuatro actores del SNEP, la Universidad Tecnológica, la Udelar, ANEP y el MEC elaboró una propuesta de cronograma, de temas y de metodología del trabajo que será sometida a la comisión organizadora, que tiene la potestad de aprobar las propuestas. En este momento, lo que hay es una propuesta por parte del grupo de trabajo para que el congreso se desarrolle durante este año y termine a final de este año. Que toda la discusión en el territorio sea entre junio y noviembre, y que al final del año se realice el congreso.