Si bien la mayoría terminó hace tiempo y algunos hasta ya tenían su título, el viernes 9 de junio fue el reconocimiento a los primeros 20 estudiantes que terminaron la carrera de Tecnólogo en Administración y Contabilidad en el Centro Universitario de Tacuarembó (CUT), de la Universidad de la República (Udelar). La mayoría de los egresados, nueve, son de la ciudad de Tacuarembó, otros siete son de Rivera, y los restantes son de Artigas y localidades más pequeñas, como Minas de Corrales, Tambores y Tranqueras.

La carrera comenzó a dictarse en 2012 en el departamento de Tacuarembó y en el Centro Universitario Región Este de la Udelar, en Maldonado. Consta de cinco semestres, 225 créditos en total, y en Tacuarembó tiene dos menciones (o perfiles): Agronegocios y Comunicación Organizacional. Quienes terminan la carrera pueden seguir estudiando, en Montevideo, la carrera de contador público, que les lleva tres semestres más. De hecho, de los 20 egresados reconocidos ya hay dos que, además de su título de tecnólogo, tienen el de contador público.

Según el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Udelar, Rodrigo Arim, cuando se diseñó la carrera “la idea era que estuviera perfectamente ensamblada con la carrera de contador público, para que los estudiantes no perdieran nada por empezar en Tacuarembó o en Maldonado”. Arim recuerda que en 2011 comenzó a planificarse la apertura de esta nueva carrera en el interior: “Era un debe grande la descentralización: visualizábamos que éramos la facultad más grande de la Udelar, con 20% del ingreso, pero no teníamos ninguna oferta en el interior del país, y desde el punto de vista de la equidad territorial era un contrasentido que una carrera tan demandada como Ciencias Económicas no tuviera nada en el interior”.

Desafíos

Como pasa cuando se abre una carrera nueva, la primera generación tuvo muchos inscriptos: 189. “Eran personas grandes, radicadas en Tacuarembó o en Rivera, con su trabajo, su familia en la región, que por un motivo u otro comenzaron una carrera en Montevideo y se volvieron, o tomaron como un desafío hacer una carrera terciaria y se anotaron”, explicó a la diaria Ana Gómez, la coordinadora de la carrera en el CUT. Las siguientes generaciones ya fueron estabilizándose en número de inscriptos, con un promedio de 80 personas, y fue disminuyendo la edad de los estudiantes. “Se empezó a inscribir gente recién egresada del liceo y de la UTU, y notamos que hay estudiantes que lo toman como una posibilidad de comenzar a estudiar acá, porque no tienen la posibilidad de irse a Montevideo, por razones económicas o de desarraigo, porque se sienten muy inmaduros para irse, y acá tienen la posibilidad de estudiar, terminar una carrera de grado y después seguir sus estudios en Montevideo”, explicó Gómez.

Actualmente hay 649 inscriptos, en su mayoría de las ciudades de Tacuarembó y Rivera, pero también llegan de Paso de los Toros, Tranqueras, Paysandú, Artigas, Achar, Ansina, Batoví, San Gregorio de Polanco, Melo, Curtina, Cuchilla del Ombú y Caraguatá, entre otras localidades.

Otra etapa

Los 20 egresados continuaron sus estudios de grado después de haber alcanzado el título intermedio. Además de las dos que ya tienen su título de contadoras y actualmente están cursando posgrados, otros nueve tecnólogos que viven en la región del norte tienen un grupo de estudio, continuaron estudiando a distancia la carrera de contador, y dan los exámenes y las revisiones libres, mientras que el resto se mudó a Montevideo para continuar su carrera de contador, en un caso la Licenciatura en Economía y en otro, la de Administración.

Demanda

Gómez asegura que la inserción laboral de la carrera es muy buena. “Esta carrera surgió en la región porque había un déficit de personas formadas en administración y contabilidad, y hay muchas empresas, incluso de Rivera, que han venido a solicitar estudiantes que con este título pueden ocupar cargos medios en empresas, trabajar como auxiliares de especialistas en la parte tributaria, generar mejoras en la parte de gestión... Hay demanda, porque no había personas con esta formación”, añadió. Todos los egresados que viven en la región trabajan, en empresas grandes, en emprendimientos familiares o en organismos públicos, y entre quienes se mudaron a Montevideo la mayoría también está trabajando, contó Gómez; solamente un par se ha mantenido sólo estudiando.

Nuevos docentes y alojamiento

Cuando comenzó la carrera se hicieron llamados locales a docentes en la región. Actualmente son entre 25 y 30 profesores, y casi la totalidad está radicada en Tacuarembó (una vive en Melo). Hay contadores, abogados, profesores de matemática, licenciados en Estadística, economistas: todos viven y trabajan en Tacuarembó. Empezaron su carrera docente allá y cuentan con “un fuerte apoyo desde la facultad”, añadió Gómez, ya que los coordinadores de cada materia en Montevideo apoyan a los docentes locales con el envío de material, visitan las clases y tienen reuniones periódicas.

Otro de los temas sobre los que se empezó a trabajar en Tacuarembó es el alojamiento. Gómez comentó que hay estudiantes de Rivera que se radican en la ciudad y en general alquilan entre varios o viven en casas de familia. “El tema del hospedaje es una cuestión que nos preocupaba, por la cantidad de gente que estamos teniendo”, afirmó la coordinadora. Para atender este aspecto, con financiamiento de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto se está proyectando la construcción de una residencia estudiantil, que comenzaría en 2018.

Arrancar allá

Arim destacó que una particularidad interesante de la carrera en Tacuarembó es que los resultados académicos de los estudiantes “son iguales o mejores que los que tenemos en Montevideo”, cuando las pruebas son las mismas y se toman simultáneamente en la capital y en el CUT. El decano les encuentra dos explicaciones a los buenos resultados. Por un lado, que el equipo docente “es muy dedicado, está muy entusiasmado” y atiende “a un grupo de estudiantes más manejable”: en Montevideo hay 4.000 inscriptos por año y los grupos rondan los 200-300 estudiantes; en Tacuarembó, en promedio, los grupos de primer año tienen 100 estudiantes como mucho (en las materias que son compartidas con otras carreras), y en segundo año los grupos son de entre 20 y 30 personas.

Gómez coincide. La cantidad de alumnos permite “un vínculo muy directo con el docente, intercambios por correo electrónico, consultas personales; eso se siente”. En particular, añade la coordinadora, esto hace la diferencia para los recién egresados de educación media. “El año pasado me llamó una estudiante en mayo, junio, angustiada porque no aguantaba estudiar en Montevideo. Es de Tacuarembó y ahora comenzó acá y le cambió mucho, le ayudó estar acá con su familia”, contó Gómez. Es que no es fácil para quienes viven en el norte ir a estudiar a Montevideo. De Tacuarembó, por ejemplo, los separan cinco horas de viaje y pasajes de 1.600 pesos.

Arim aseguró que para los futuros universitarios que están barajando la alternativa de mudarse a Montevideo o comenzar la carrera en Tacuarembó “es preferible que comiencen allá, en condiciones amigables, donde recibirán una formación con el mismo nivel, y después si quieren se vienen a Montevideo a terminar la carrera; pero no hay motivo para que vengan desde el comienzo”.