La interna del Partido Nacional (PN) se agitó la semana pasada tras el anuncio de Jorge Larrañaga de que estaba dispuesto a ser nuevamente candidato a la presidencia.
Un allegado a Luis Lacalle Pou relató: “Ni bien escuché la noticia, llamé a Luis para felicitarlo, porque es prácticamente una confirmación de que en 2019 va a ser el candidato a la presidencia por el PN”. Pero a pesar de que varios dirigentes lo llamaron, el líder herrerista consideró que aún era “demasiado pronto” para festejar, ya que, en su opinión, en los próximos años podría concretarse una alianza entre Verónica Alonso y otros grupos religiosos, además de la iglesia encabezada por el pastor Márquez, que podrían proporcionarle un importante caudal de votos. “Según los cálculos de Luis, si se arregla con dos iglesias evangelistas, los mormones y los budistas, Alonso está en condiciones de pelearle la candidatura”, aseguró un dirigente de Todos, y recordó que Jorge Gandini, quien fue superado en la interna de Alianza Nacional por Alonso, “dejó de recorrer los barrios y empezó a recorrer iglesias”. Un legislador del sector opinó en sentido contrario, y aseguró: “Con el perfil que tiene Verónica Alonso, yo creo que de acá a seis meses ya se fue con [Edgardo] Novick. Y de acá a un año ya le habrá arrebatado el liderazgo del partido y va a ser la candidata a la presidencia”.
En el Honorable Directorio del Partido Nacional ya se discutió el tema, y se llegó a la conclusión de que sería “extremadamente útil” instalar un ascensor en la Casa del Partido Nacional. Un asistente a la reunión explicó: “La situación de Jorge Larrañaga ya es lo suficientemente humillante como para tener que hacerlo subir nuevamente las escaleras que dijo que nunca más iba a subir. Sería demasiado cruel forzarlo a pasar por ese trámite. Imagínese lo que serían los memes en las redes sociales. Y no es que subir en ascensor para reconocer su cuarta derrota en su carrera a la presidencia vaya a ser la cosa más digna del mundo, pero mejor que subir esos mismos escalones va a ser”.