Hacia vínculos afectivos libres de violencia es un compendio de conferencias del seminario realizado en Montevideo el 22 de noviembre de 2016, en el marco del proyecto Prevención de la Violencia de Género en el Noviazgo en educación secundaria, alineado con la campaña de 50 días de reflexión para la prevención de la violencia en el noviazgo, que se llevó adelante en Uruguay.
El libro contiene las conferencias brindadas ese día por expertas en el tema: la psicóloga Adriana Frechero, la magíster Andrea Tuana, Karina Ruiz y la psicóloga Mariana Durán, a las que sumamos un artículo de Diego Sempol y Maia Calvo. Cuenta con algunas páginas iniciales que estuvieron a cargo de tres alumnos que formaron parte del colectivo de jóvenes que participaron activamente en este proyecto: Victoria Sarasúa (liceo 4, Zorrilla), Guzmán Arnaud (liceo 2 Héctor Miranda) y Abril Gómez (liceo 72); su voz es imprescindible por lo que simboliza en tanto actores principales de la totalidad del proceso. El libro tiene, además, un anexo con el Protocolo para el abordaje de situaciones de violencia doméstica en adolescentes, elaborado por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), y el código QR para facilitar el acceso a los videos de la campaña Que Quede entre Nosotros; ambos forman parte del proceso de trabajo.
Esta publicación intenta poner a disposición conceptos e informaciones con la intención de desnaturalizar y problematizar el tema de la violencia asociada con el género. Tiene como fin último discutir con la cultura, con la tradición que va generando rutinas que, a fuerza de repetirse, se convierten en naturales, por lo que, en general, la sociedad las acepta pasivamente como verdades indiscutibles y no las reconoce como actos de violencia.
Los expertos que participan en esta publicación desarrollan conceptos potentes y presentan datos de encuestas que dan cuenta de lo planteado.
Adriana Frechero se anima a interpelar la declaración de amor y a interrogarla a la luz de una sociedad patriarcal que abona la fantasía del amor romántico sostenida en los relatos infantiles y en otras piezas narrativas y fílmicas que también “venden” la imagen masculina de la heroicidad pero que, en el fondo, no hacen más que reforzar el vínculo subordinante de la mujer con relación al hombre. Rescata además, con fuerza, que el mundo sigue siendo un mundo de hombres, ya que hay una profunda escasez de figuras públicas que puedan oficiar como narcisizantes para niñas y adolescentes.
Este tema también lo aborda Andrea Tuana, quien refiere a la poca representación política que logramos las mujeres. Ya sabemos de la rispidez que genera a los varones la Ley de Cuotas, entre otras acciones de afirmación que estamos tratando de desarrollar las mujeres uruguayas en la búsqueda de la igualdad de oportunidades. La misma autora reflexiona sobre la alarmante realidad en relación con la violencia contra las mujeres y sus consecuencias naturales: los efectos sobre la salud pública y los derechos humanos. Pone también énfasis en el lugar de los medios de comunicación en la construcción cultural vigente, asociando a las mujeres a roles de cuidado y a acciones vinculadas al hogar, a la higiene y atención de los miembros de la familia. La sociedad considera que las mujeres debemos renunciar sin resistencias al desarrollo de nuestra persona, de nuestros sueños y nuestros deseos, en pos de atender como prioridad las responsabilidades vinculadas a la familia, la vida doméstica y el cuidado de niños y ancianos.
Pero la autora, experta en este tema, también recuerda la existencia de normas y declaraciones que desde hace años intentan poner este tema en el centro (Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer y IV Conferencia mundial sobre la mujer). Son textos que configuran un avance sustantivo en el reconocimiento del problema y su intención de transformarlo, haciendo mención a la actual situación de la Ley de Violencia Integral, que está en proceso de aprobación parlamentaria en Uruguay. La importancia de las normas y declaraciones es indiscutible, por el encuadre jurídico que estas proporcionan, pero son insuficientes si no van acompañadas de un cambio cultural en la práctica real de la vida cotidiana.
Los mitos también forman parte de la mención impostergable de esta publicación. Es que el amor es la base sobre la que se configuran algunas dependencias y abusos hacia la mujer. Así que es necesario derrotar el mito de la media naranja o de las almas gemelas, o del amor que todo lo puede, entre otras aseveraciones ficticias que como sociedad hemos construido, escuchado y repetido hasta el cansancio. No son más que modos sociales para cristalizar el lugar de las mujeres en relación con su despersonalización y consecuente sometimiento.
Diego Sempol y Maia Calvo exponen sobre la heteronormatividad social, creadora de sufrimientos de todo aquel que no se ajuste a ella. La homosexualidad es reconocida en Uruguay recién en la última década, y aun con normas regulatorias claras, como la Ley de Matrimonio Igualitario, por ejemplo, sigue habiendo una invisibilización y exclusión de los espacios de participación social. Por eso este artículo es una invitación a comprender las dificultades que deben asumir las parejas homosexuales, así como el inmenso esfuerzo que debe hacer el integrante de una pareja de este tipo a la hora de asumir y denunciar la violencia, lo que estos autores denominan el doble closet, en tanto la persona debe enunciarse como no heterosexual y luego como violentado, asumiendo las consecuencias de esta valentía en términos de discriminación (burlas, ironía, desinterés, justificación de la violencia, etcétera).
El rescate del valor del derecho a una vida digna está presente a lo largo de todo el libro. La idea es insistir en que no existan vidas que no puedan ser naturalmente enunciadas; en que el derecho a una vida digna y libre de cualquier forma de violencia es de todas las personas, sin excepciones. Entre otras cosas, para que esto se logre es necesario romper con los silencios cómplices.
Junto a Karina Ruiz recorremos los datos de la Encuesta de prevalencia sobre violencia basada en género y generaciones. Son datos que generan impacto y sostienen la pertinencia de las cargas conceptuales que contiene el libro, así como la necesidad de hablar de la violencia en las relaciones afectivas para, en lo posible, prevenir o interrumpir si ya está instalada. Los datos son alarmantes, y alarmante es también comprender que la encuesta data de 2013. Antes de esta fecha existen datos perlados, nacidos del trabajo individual de algunos colectivos u oficinas públicas que trabajan con este tema. Esto es significativo a la hora de pensar en la escasa importancia social y en la invisibilización de este tema.
Mariana Durán invita a recorrer el riquísimo proceso de construcción del Protocolo de abordaje a situaciones de violencia doméstica para centros educativos, elaborado por la ANEP. La autora da cuenta del proceso participativo e insiste en la idea del protocolo como un andamio que permite abordar las situaciones con eje en la coherencia, pero sin rigidez. La necesidad de adaptarlo a las diversas y muchas veces inesperadas características de la detección de estas problemáticas y la evaluación de la implementación aparece especialmente señalada. Gestar una cultura de derechos no puede concebirse si no hay una contextualización real de cualquier herramienta que se utilice.
Este libro está especialmente dirigido a docentes y estudiantes, con la intención de provocar la reacción que permita salir de la inercia de la vida cotidiana. Es clave evitar el simplismo de asociar la violencia exclusivamente al daño físico y mostrar cómo las acciones de cada día son muchas veces violentas. La idea es, entonces, provocar una mirada a la vida cotidiana con ojos renovados, con interrogantes que permitan desnaturalizar, problematizar e incidir para gestar las vidas sin violencia. Es un libro para leer y hacer circular. No puede quedar guardado en un estante; necesita ser leído, releído y discutido para cumplir su objetivo, generar debate y transformar vidas.