La UNATRA denuncia que los trabajadores fueron obligados a participar; los organizadores de la protesta prefieren enfrentarse al gremio antes que a los animalistas Los productores rurales que se movilizan en reclamo de soluciones para los problemas en el agro se quejaron por los “prejuicios” de muchos dirigentes del Frente Amplio, que los ridiculizan y los acusan de ser personas adineradas debido a que en las protestas utilizan camionetas 4x4. “Eso es una muestra del típico prejuicio del montevideano que no entiende nada de la realidad del campo. Esas camionetas las usamos para trabajar, porque no se puede andar por el campo en un autito de ciudad. Nuestras camionetas no son vehículos de lujo, son herramientas de trabajo que valen 40.000 dólares, iguales a las que puede tener cualquier plomero o cualquier albañil que hace changuitas”, aseguró un propietario de un establecimiento lechero.
Mientras tanto, ayer un miembro fundador de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (UNATRA) acusó a los productores movilizados de obligar a sus empleados a asistir a las manifestaciones. Uno de los referentes de los productores autoconvocados reconoció que es una práctica corriente, y aclaró que se recurre a los peones “porque llevar las vacas hubiera sido muy peligroso para ellas”. “Desde el punto de vista de la eficiencia, es mucho mejor llevar una vaca, porque pesa más y ocupa mucho más lugar que un pobre peoncito. El problema es que si se accidenta una vaca durante la protesta, eso nos termina saliendo mucho más caro que si se accidenta un peón. Y si nos estamos quejando por los problemas económicos pero al mismo tiempo perdemos plata por haber utilizado una de nuestras vacas en lugar de uno de nuestros peones, perdemos toda credibilidad”.
Otro referente del grupo explicó que cuando se decidió obligar a los trabajadores a movilizarse eran conscientes de que esto les iba a traer problemas con la UNATRA. De todas maneras aclaró: “Es preferible eso que enfrentar toda la furia de los animalistas que nos caería encima si se nos llegara a morir una vaca atropellada en medio de la ruta. Esa gente está loca. Además, muchos de nuestros hijos están muy metidos en el tema de la defensa de los animales. Es mucho más fácil, desde todo punto de vista, arriesgar la vida de un peón”.