El Consejo de Ministros concluyó ayer sin que se formularan declaraciones públicas sobre los resultados de la primera vuelta electoral en Brasil. El canciller Rodolfo Nin Novoa dijo el sábado a Telenoche que esperaba que las encuestas previas que ubicaban en primer lugar a Jair Bolsonaro estuvieran erradas. En cambio, la posición oficial de la cancillería será guardar silencio, por lo menos hasta el balotaje. “No vamos a hacer declaraciones de ningún tipo”, es “lo mejor que podemos hacer ahora”, dijo a la diaria el vicecanciller Ariel Bergamino.

Ayer, sectores y dirigentes del Frente Amplio expresaron preocupación por las perspectivas electorales en Brasil.

La vicepresidenta, Lucía Topolansky, dijo que los resultados electorales de Brasil fueron “preocupantes”, según recogió Radio Uruguay. Para contrarrestar la situación, sostuvo que debería volcarse a las urnas (a favor de Haddad) el 20% de la población que se abstuvo de votar, lo que visualizó como muy difícil. Según opinó, la situación en el país es “como una vuelta a lo dictatorial”.

El Comité Ejecutivo Nacional del Partido Socialista (PS) cuestionó a Jair Bolsonaro, “abiertamente declarado homofóbico, misógino y racista”, que ha “impulsando un programa fascista donde las declaraciones a favor de la tortura y del armamento de la población, sumado a una agenda que supone el devastamiento de derechos humanos, [que] ha sido la tónica durante la campaña”, sostiene el sector.

En este contexto, el PS señala que las organizaciones progresistas deben “liderar la lucha por la transparencia, desde una perspectiva ética que no disocia medios de fines”. “Esto implica analizar sistemáticamente tanto los aciertos como los errores cometidos, sin margen para las excusas. Debemos ser implacables: ser vacilantes o tener doble moral nos deslegitima y nos condena”, afirman los socialistas.

De todos modos, consideran que la “persecución política” hacia Lula “constituyó una afrenta directa a la institucionalidad y a la democracia brasileña”. Advierten que en un contexto “de desorientación y pérdida del sentido de la vida, es imperioso que desde las fuerzas progresistas se impulse una batalla cultural que combata lógicas individualistas a la vez que promueva modos alternativos de relacionamientos basados en la solidaridad y la cooperación”. “La lucha hacia la segunda vuelta es la lucha por la democracia y contra el fascismo”, concluye el comunicado del Comité Ejecutivo.

En el mismo sentido, el sector Rumbo de Izquierda valoró que Bolsonaro expresa “lo peor de la condición humana”, y también menciona la necesidad de que los gobiernos progresistas del continente, y en particular el Frente Amplio (FA), hagan autocrítica y coloquen “en primer lugar de su agenda la más irrestricta defensa de la ética y la transparencia”.

En otro tono, el diputado del FA Jorge Pozzi dijo a la radio Montecarlo que hay que tener “cuidado” con las declaraciones sobre Bolsonaro, porque al país le conviene “estar en buenas relaciones” con él en caso de que resulte electo. “Gustará más o gustará menos, pero lo votó la mitad de la población que tiene derecho a voto, y eso no es poca cosa”, consideró el legislador.