“Estamos deconstruyendo la idea de que si en un año un niño no logra el objetivo que tiene un plan de estudios se le terminó el tiempo, porque seguramente no se termina en ese año”. Así marcó Wilson Netto, presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el inicio del Coloquio Nacional “La repetición escolar y sus clivajes: aportes para la reflexión pedagógica”, coorganizado con UNICEF. El miércoles 14 de noviembre, docentes, estudiantes de magisterio y profesorado, y técnicos del área educativa participaron de distintos espacios de discusión sobre la repetición escolar. En la mesa de apertura, además de Netto estuvieron presentes Antonio Romano, director sectorial de Planificación Educativa del Codicen, Luz Ángela Melo, en representación de Unicef, y Ana Berocay, directora sectorial de Integración Educativa.

Para Netto, “todos los elementos nos muestran que en Uruguay la repetición no es una herramienta pedagógica que permite revertir situaciones que no conforman en un proceso educativo, sea este semestral o anual. Por tanto, seguir pensando en la repetición como una herramienta pedagógica seguramente no sea la salida a los problemas que sostenemos”. En esta línea, aseguró que la repetición debe ser vista desde la dimensión política y afirmó que deriva en el abandono y no aporta en calidad educativa.

En su oratoria, Netto señaló que no niega que cuando un docente decide que un estudiante repita es porque hay una dificultad, pero sostuvo que la repetición “termina construyendo una construcción de subjetividad que le hace un daño enorme a una sociedad que colectivamente quiere construir otra cosa. Ese es un problema que tenemos que ver entre todos”. En este sentido, invitó a preguntarse “cómo se visualiza una sociedad en la que a un porcentaje importante de la población el único lugar planificado de carácter universal le dijo que ese espacio institucional no es para él”.

Para Netto, ese estudiante que repitió se desmotiva y esto deriva en el abandono escolar: “Por supuesto, estará fuera del sistema, pero va a seguir creciendo, aprendiendo en otros entornos seguramente no planificados, va a construir una negativa hacia la institucionalidad, porque la única que es para todos le mostró y le certificó que no tenía condiciones para estar en ese ámbito. ¿Cómo le vamos a pedir que respete a otras instituciones cuando sea adulto si la señal que le hemos dado desde la infancia es que no tiene las condiciones para tener presencia en ningún lugar?”.

Bajar el nivel

A su turno, Romano definió el concepto de política educativa que defiende el Codicen. A su entender, el propósito del encuentro para pensar colectivamente es una forma de “generar espacios de producción pedagógica a partir de las experiencias y desde allí recuperar y mejorar lo que ya se viene haciendo, sistematizarlo, producirlo y potenciarlo. Es una manera de pensar la política educativa que contrasta con otra de corte tecnocrático que pretende, de alguna manera, ofrecer ya las respuestas a los problemas”.

Para repensar lo que ya se está haciendo la ANEP comenzó a trabajar sobre trayectorias educativas: “Esto implica un cambio de perspectiva para pensar la política educativa, la trayectoria de los estudiantes, su escolaridad, y para pensar lo que establece la ley, que es el mandato de obligatoriedad de la enseñanza de 14 años”, señaló Romano. Al respecto, agregó que pensar de esta forma “cambia la mirada” porque “se empieza a pensar la política en clave de ciclos, en tiempos de mayor extensión, otras formas de organización del trabajo docente, otro tipo de agrupamientos”.

Romano aseguró que uno de los comentarios más frecuentes cuando se discute la repetición es: “Ustedes quieren bajar los indicadores”. Netto coincidió en que suele ser un reclamo de muchos: “Ustedes tratan de bajar el nivel y que todo el mundo siga sin ningún tipo de conocimiento, casi que quieren reproducir la ignorancia”. Ambos jerarcas afirmaron que, evidentemente, se busca mejorar los indicadores, pero que ese no es el objetivo principal, ya que lo que se busca es entender y resolver el problema del pasaje de grado durante todos los años de educación formal.

El director de Planificación Educativa puntualizó que el aprendizaje no es el problema principal: “Tenemos que empezar a pensar aquellos obstáculos que están impidiendo que los estudiantes puedan tener una trayectoria que garantice un mayor aprendizaje. Parte de los mecanismos que actualmente tenemos en términos de reglamentos de evaluación de pasaje de grado no están permitiendo lograr este objetivo. Tenemos que buscar la forma de pensar cómo garantizamos que la calidad se traduzca también en egreso”.

“El desafío que tenemos ahora por delante no es discutir simplemente repetición sí o no. La manera que hemos pensado la trayectoria de los estudiantes se construyó en base a dos categorías dicotómicas: promoción-repetición, y lo que tenemos que pensar es que entre esas dos categorías quizá pueda haber muchas variantes posibles; tenemos que generar las condiciones para que esas posibilidades intermedias que aparecen en esa oposición empiecen a emerger”, enfatizó Romano.

La repetición en cifras

El documento de discusión del coloquio señala que “la mayor problemática de las trayectorias de los estudiantes no está centrada en el acceso, sino en la permanencia en los ciclos de estudio”. La tasa de repetición global de primero a sexto de escuela se ubicó el año pasado en 4,5%, dos décimas menos que en 2016, dato que mantiene una tendencia a la baja desde 2010. El documento también muestra, según informes de 2015, que sólo 38,9% de los jóvenes logra finalizar el nivel medio secundario.