La batahola que se armó en la tarde del 24 de diciembre en el cruce de Orinoco y Amazonas, en pleno Malvín, durante una fiesta callejera organizada por boliches de esa zona, generó idas y vueltas entre la Intendencia de Montevideo (IM), representada por su secretario general, Fernando Nopitsch, y el Municipio E, a cargo del alcalde Agustín Lescano (del Partido Nacional). El 25 de diciembre, ese municipio emitió un comunicado en el que afirmaba que el evento no contó con su autorización “ni cumplió con los requisitos mínimos necesarios que se exigen” en estos casos. A su vez, aseguraba que la IM “estaba al tanto que esto podía ocurrir” e hizo “caso omiso” a las “advertencias que todos los años” le hacen llegar desde el municipio.

Nopitsch dijo a la diaria que la IM informó a los tres boliches que organizaron el evento que cuentan con 24 horas para hacer sus descargos. En función de las respuestas y del resultado de la investigación de la IM, los locales pueden ser clausurados o se les puede imponer una sanción económica. El jerarca subrayó que no hubo las autorizaciones requeridas para ubicar una piscina en la calle ni para que un DJ pasara música. Además, destacó que la IM tiene “las mismas potestades” que el municipio, y que este podría haber hecho lo que reclama.

“La piscina la mandé a retirar yo el 25 [de diciembre] a las diez de la mañana, cuando me enteré [de que estaba]. La podrían haber retirado [desde el municipio] el 24 o el día que la pusieron”, agregó Nopitsch. Además, dijo que fue una fiesta “espontánea”, como hubo “muchas en Montevideo”, pero que “el tema” fue que “terminó mal”. “Si no, habría sido como las 300 fiestas espontáneas que se hacen en Montevideo sin que pase nada. Cuando hay desmanes no le corresponde actuar a la IM, sino que hay que dar cuenta al Ministerio del Interior [MI]. Yo no voy a mandar a un inspector en el medio de una batahola porque no está preparado para eso, ni en equipamiento ni en capacidad para responder”, dijo el jerarca de la IM.

En diálogo con la diaria, Lescano dijo que si bien el Municipio E tiene “un grupo de inspectores”, no dispone como la IM de una “división entera” que puede “fiscalizar e intervenir en los lugares”. Agregó que el 25 de diciembre no contaban con inspectores, mientras que sí había funcionarios disponibles en Inspección General de la IM. Además, aseguró que él llamó a Inspección General el 25 al mediodía para solicitar el retiro de la piscina, y que capaz que lo hizo “al mismo tiempo” que Nopitsch. El alcalde también sostuvo que desde su municipio se le solicitó a la IM “una investigación administrativa de urgencia” y que se intimó a “algunos de los locales comerciales que tenían elementos en la vía pública”.

Pero no son todas discrepancias. Lescano coincide con Nopitsch en que es el MI el que debe “recuperar el orden”, pero acota que “Inspección General tiene línea directa con el MI”. El alcalde aseguró que desde el Municipio E llamaron al MI, pero que les contestaron que “no actuaban para no entrar en males peores”. Afirmó que “la autoridad que no se ejerce se pierde”, y que “por lo tanto, es el MI el que debe mantener la autoridad y hacer valer la convivencia ciudadana, que es lo primordial para la sociedad”. Por último, opinó que la “batalla campal” que se originó tuvo “un gran impacto” y fue de “mucha gravedad”, ya que “da un mensaje preocupante en cuanto a cómo estamos en seguridad pública”. “Eso, claramente, fue lo que le dio el titular al evento, porque si no hubiese habido incidentes de magnitud habría terminado con un par de denuncias por basura y elementos en la vía pública”, finalizó Lescano.