El senador nacionalista Álvaro Delgado entregó el predio de 339 hectáreas que usufructuaba en la colonia Horacio Ros de Oger, perteneciente al Instituto Nacional de Colonización (INC). En una resolución fechada el 7 de noviembre, este organismo le había dado plazo a Delgado hasta el 15 de diciembre para entregar la fracción correspondiente, “bajo apercibimiento de disponer las medidas judiciales tendientes a obtener la libre disponibilidad del predio y el cobro de las deudas que pudieran existir”.
En abril de este año, el INC rescindió el contrato que mantenía con Delgado porque este no cumplía con algunos de los requisitos para ser colono. Entre otras cosas, se señaló que el senador no residía en las tierras que le había cedido el instituto, que tampoco las explotaba y que además poseía una cantidad de tierras mayor que la que le había concedido el INC.
En noviembre de 2015, el directorio del INC había comenzado a aplicarles una “renta diferencial” a los colonos arrendatarios elegidos para ocupar cargos remunerados. Ese mismo año, un decreto del Poder Ejecutivo dispuso que el organismo rescindiera en forma unilateral sus adjudicaciones a quienes incumplieran los literales b y d del artículo 61 de la Ley 11.026, que exigen al colono “trabajar directamente el predio y habitarlo con su familia”, y “cumplir los destinos para los cuales se le acuerden los créditos”. La resolución de rescindir el contrato con Delgado citaba este decreto presidencial.
Ayer, en declaraciones a El País, el senador informó que había presentado ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo un recurso contra la rescisión de su contrato, por entender que fue “arbitraria y discrecional” tanto “en la forma como en el fondo”. También justificó la entrega del predio: “En vez de ir a la Justicia y esperar la resolución, que podía llevar tiempo, lo entregué para que nadie pueda decir nada. Siempre cumplí las normas y más en mi condición de legislador, como corresponde”.