El diputado Gonzalo Civila es el primer dirigente que explicita públicamente que acepta ser candidato a secretario general del Partido Socialista (PS). Lo hizo ayer mediante su cuenta de Twitter, en una carta en la que explicó sus motivos. “Transitamos un momento político de enormes desafíos. La desconexión de la política partidaria con la vida cotidiana de las personas es el caldo de cultivo para el engaño, para el fraude sistematizado de quienes pretenden disfrazar un proyecto retardatario con máscaras de futuro. Estoy convencido, al igual que ustedes, que con inteligencia y militancia los vamos a parar”, indicó en la carta. Agregó que también está convencido de que “sólo es posible hacerlo con humildad y autocrítica, con escucha y creatividad”, y expresó su deseo de que el proceso de elección de autoridades se lleve adelante “lejos de una lógica de trincheras, apostando a una síntesis verdadera”. Civila tiene 34 años, es profesor de Filosofía, coordina el área de Desarrollo Partidario y es uno de los principales referentes de la denominada “ala ortodoxa” del PS.

El congreso socialista será el 23 y 24 de febrero de 2019 y la elección de autoridades, que incluye además la composición del nuevo Comité Central, se llevará a cabo un mes después, el 24 de marzo.

La senadora Mónica Xavier, actual secretaria general del PS –desde 2016–, podría ser reelecta, pero decidió que no se presentará y así lo transmitió en una reunión del Comité Central, según informaron fuentes partidarias a la diaria.

En este escenario, la llamada “ala renovadora” del PS discute por estos días a qué candidato apoyar para la secretaría general y podría tener alguna definición antes de fin de año.

De acuerdo a las consultas realizadas, están sobre la mesa al menos cuatro nombres: el del ex secretario general Manuel Laguarda; el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Santiago Soto; el director de Planificación de la OPP, Fernando Isabella, y el secretario Nacional de Cuidados, Julio Bango.

En las elecciones de marzo de 2016, Xavier le ganó la secretaría general al representante del ala ortodoxa o “removedora”, el ex ministro Daniel Olesker, por apenas 23 votos, y ocupó así el lugar que dejaba vacante el diputado Yerú Pardiñas.

En aquella polarizada elección, Olesker fue apoyado por la lista 4, y la senadora socialista recibió el respaldo de tres listas renovadoras: la 1, que ella integraba y que encabezó Soto; la 2, impulsada, entre otros, por Isabella y Bango; y la 3 de Laguarda.

Unos meses después, en noviembre de 2016, en la interna del PS surgió una nueva corriente, que compitió a nivel de la Departamental de Montevideo; se llama “Unidad y práctica socialista” y la conformaron militantes que provenían tanto del ala ortodoxa como de la renovadora. Algunos de sus referentes: el ex director de Información y Comunicación de la Intendencia de Montevideo Santiago Brum, el edil capitalino Sebastián Valdéz, la jerarca de Inmujeres Nohelia Millán y la dirigente de FUCVAM, Valeria Rodríguez.

Este grupo ya definió que competirá a nivel nacional en las elecciones de marzo y, según pudo saber la diaria, está pensando en impulsar a una mujer joven para el cargo de la secretaría general, aunque todavía no está claro si sería alguien del propio espacio o de otra corriente interna.