El miércoles se registró un nuevo tiroteo en un liceo de Estados Unidos, que tuvo como saldo 17 muertos y 15 heridos. Con este, son 18 los tiroteos ocurridos en centros educativos del país norteamericano, y las autoridades consideran que es momento de tomar medidas. “¿Para qué vamos a seguir gastando dinero en formar militares si los jóvenes americanos son perfectamente capaces de matar a decenas de personas? Creo que con ponerlos a punto físicamente y darles buenas armas alcanza”, aseguró un funcionario del Pentágono. El presunto autor de la masacre es Nikolas Cruz, un ex alumno de la secundaria Stoneman Douglas que había sido expulsado por problemas de conducta. El año pasado sus compañeros habían alertado al FBI de que Cruz estaba “obsesionado” con las armas, pero no se tomaron medidas.
Un vocero del organismo reconoció que el joven tenía una “fijación peligrosa” con las armas, pero agregó que “en realidad, la mitad de los americanos tienen una fijación similar. Claramente no podemos arrestarlos a todos”. El presidente Donald Trump tuiteó el mismo miércoles que el asesino es “una persona mentalmente desequilibrada”. En otro tuit reconoció que le gustaría contratarlo como estratega jefe de la Casa Blanca, cargo que hasta mediados del año pasado estuvo ocupado por el periodista y líder derechista Steve Bannon: “Steve Bannon es un buen hombre, pero es un intelectual. Dice cosas hermosas sobre los liberales, los homosexuales y los musulmanes, pero no pasa de allí. Este joven, Cruz, demostró ser alguien dispuesto a pasar del dicho al hecho. Es lo que la administración necesita”.
En una entrevista televisiva brindada ayer, Trump reconoció que para efectivizar la contratación habrá que esperar a que se resuelva la situación judicial del joven, pero explicó que aún en caso de que sea condenado “a cadena perpetua” podría ejercer el cargo de estratega jefe desde la cárcel, gracias a un decreto que piensa firmar en los próximos días, que habilita a los delincuentes convictos a ocupar cargos de gobierno.