El senador del Partido Nacional y ex candidato a la presidencia por esa colectividad, Jorge Larrañaga, se refirió ayer al asesinato de una cajera de un supermercado en medio de un asalto. “Soy partidario de utilizar militares ayudando a los policías, de aumentar penas, de hacer que se cumplan efectivamente y no sean perforadas por beneficios liberatorios”, escribió en Twitter. En otra publicación, y en respuesta a quienes sugieren que las cárceles son “escuelas del delito”, el legislador recordó que “el sistema educativo de este país es un desastre, y cuanto más escuelas tengamos, mejor”. Además, opinó que “los delincuentes bien formados se matan entre ellos con notable efectividad”.
La propuesta de poner a las Fuerzas Armadas a combatir la delincuencia generó un debate entre constitucionalistas. Un catedrático de la Universidad de Montevideo opinó que la propuesta de Larrañaga “es completamente constitucional”. “El descreimiento de la ciudadanía hacia la clase política es tanto o más peligroso que una invasión extranjera. A nadie le sirve que una de las principales figuras de la política nacional tenga su popularidad por los suelos”, aseveró. Por el contrario, un colega suyo de la Universidad de la República afirmó: “No caben dudas de que los militares pueden ser utilizados para combatir a los delincuentes, porque es un asunto de seguridad nacional. Lo que no es tan claro es que se puedan utilizar para revertir la popularidad de un político. En principio suena como algo que está francamente fuera de su radio de acción”.
La propuesta de Larrañaga también recibió cuestionamientos de analistas políticos. El responsable de una consultora de opinión consideró: “Usar a los militares para aumentar la intención de voto no es la solución. Hay una máxima que dice que es mejor prevenir que curar, y efectivamente numerosos estudios internacionales indican que la prevención a la hora de abrir la boca o de defender a correligionarios corruptos es mucho más efectiva que las propuestas oportunistas y demagógicas”.
El experto también se refirió a la propuesta de Pedro Bordaberry de prohibir el ingreso a la función pública a los familiares de jerarcas del Estado, lanzada tras la difusión de casos de nepotismo en la Administración de los Servicios de Salud del Estado y en varias intendencias. “Es exactamente la misma situación. Si, en lugar de esperar a que su popularidad y la del Partido Colorado se desplomara hasta pisos históricos, Bordaberry hubiera tomado medidas preventivas, como dejar de apostar a lo más rancio del electorado conservador, hoy no tendría que estar tomando este tipo de medidas extremas”, sostuvo.