El martes fue aprobado en la cámara baja el Plan de Vivienda Popular presentado por el diputado de Unidad Popular (UP), Eduardo Rubio, y votado afirmativamente por el Partido Nacional, el Partido Colorado, el Partido Independiente, el Partido de la Gente y el diputado oficialista Darío Pérez (Liga Federal Frenteamplista). Se espera que la iniciativa naufrague en la Cámara de Senadores, ya que todos los senadores frenteamplistas votarán en contra. “Sabíamos que iba a ser difícil que el proyecto se aprobara, pero dimos un paso importante. Y estamos seguros de que en la próxima legislatura se va a aprobar, no tanto porque el Frente Amplio [FA] vaya a perder la mayoría, cosa que no es tan segura, sino más bien porque en la cámara alta hace tiempo que no aparece ningún senador oficialista con aires de divo”, aseguró Rubio. Pero más allá de la suerte del proyecto, los principales dirigentes frentistas consideraron que la votación del martes fue “significativa” y “dejó algunas cosas para reflexionar”, especialmente por el voto favorable de Pérez. Un diputado frenteamplista aseguró: “A esta altura, es claro que la rebeldía del compañero Darío Pérez va más allá de los proyectos concretos. Yo creo que más bien se trata de un llamado de atención que debemos escuchar y ante el que debemos actuar”. El legislador consideró que “hay que empezar a pasar más tiempo con él, hacerle sentir que es importante para nosotros y que nos preocupa su suerte. También estamos estudiando la posibilidad de llevarlo al psicólogo”. Otro diputado frentista opinó que se debería hacer “una autocrítica acerca de la forma en que tratamos al compañero Darío Pérez. La verdad es que descuidamos mucho el vínculo. A veces, en la vorágine del día a día, nos olvidamos de que hay dirigentes que requieren más atención que otros”. También opinó que “la relación aún se puede recomponer”, aunque aclaró: “No tenemos todo el tiempo del mundo. Hay que trabajar en el tema antes de que empiece a orinarse encima, hacerle bullying a otros dirigentes o tartamudear”.