La semana pasada la cadena de restaurantes McDonald’s firmó un convenio con el gobierno en el marco de la Ley de Empleo Juvenil, que prevé un subsidio estatal a las empresas que brinden la primera experiencia laboral a jóvenes de entre 15 y 29 años. El acuerdo fue criticado por representantes del Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay y por legisladores oficialistas, quienes señalaron las malas condiciones en las que trabajan los empleados de McDonald’s.

Un funcionario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social justificó el convenio asegurando: “No lo firmamos desconociendo el historial de la empresa como uno de los peores empleadores del país; al contrario, fue algo que tuvimos en cuenta. Si un joven tiene un trabajo decente como primera experiencia, se va a pensar que su vida laboral siempre va a ser igual, algo que lógicamente no va a pasar. Por el contrario, si empieza trabajando en un restaurante de comida rápida, en el futuro cualquier cosa le va a resultar buena. La idea es brindarles un ejemplo del infierno que puede representar la vida laboral en el siglo XXI”.

Un representante de McDonald’s dio una explicación similar: “Obviamente que acá lo que queremos no es que tengan un trabajo digno; al contrario, queremos que aprendan lo que es tener un patrón déspota, para que después puedan elegir libremente si quieren ser empleados con condiciones de trabajo decentes o patrones déspotas”.

Tanto desde el gobierno como desde la empresa consideran que hubo un “error de comunicación” tras la firma del convenio, por lo que lo revocarán de común acuerdo para darle paso a uno nuevo. “En este convenio se va a explicitar que la idea es que los jóvenes vivan su primera experiencia como víctimas de represión sindical”, explicó el representante de McDonald’s. “El proceso es similar al que viven cuando comen las hamburguesas que les obligamos a comer. Después de envenenarse durante meses o años con esos alimentos tóxicos, muchos salen con unas ganas tremendas de comer lechuga”, agregó.