El jueves de tarde, en la sede de la Sociedad Uruguaya de Artistas Intérpretes (Sudei), tuvo lugar un cónclave de referentes de la música nacional, entre los que se encontraban Ruben Rada, Hugo Fattoruso, Eduardo Larbanois, Mauricio Ubal y Washington Carrasco. El motivo fue dar el puntapié inicial a una recolección de firmas para promover la modificación de la Ley 9.739, de derechos de autor. La presidenta de Sudei, Marihel Barboza, señaló en una conferencia de prensa que en Uruguay, 50 años después de que un músico graba una canción, “caducan sus derechos por sus interpretaciones musicales y/o producciones fonográficas”, y caen en dominio público, “dejando a cualquier ciudadano o empresa para hacer uso a su antojo de ese material”. Por lo tanto, Sudei reclama un “cambio urgente” de la Ley 9.739, que data de 1937 (tuvo actualizaciones en la Ley 17.616 de 2003), “para estar alineados con los demás países de Latinoamérica y con Europa”, en los que el plazo de protección de esos derechos es de 70 años –e incluso más–.

“Cuando esta ley se creó, la expectativa de vida era de 50 años y poquito. Hoy en día, los artistas de más de 70 años, que siguen subiéndose a los escenarios y nos hacen pasar por diferentes estados emocionales con sus interpretaciones, no pueden percibir sus justos derechos. Sentimos que estamos en inferioridad de condiciones con los demás países de la región, y esto queda al desnudo en un posible tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur”, sostuvo Barboza, y apeló a la “sensibilidad” de los gobernantes para que aborden este tema y puedan “subsanar lo antes posible esta especie de condena para con nuestros artistas”.

En tanto, Larbanois subrayó que tiene que haber “voluntad política” para resolver este tema, y se lamentó por la “falta de información” sobre la cultura que existe en las clases políticas. “Cuando se necesita resolver un tema médico, se va al Sindicato Médico; cuando se necesita tratar un tema de la construcción, se va al SUNCA [Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos], pero cuando hay que resolver un problema cultural lo hace cualquiera, y ahí es cuando caemos en problemas serios”, señaló Larbanois, y agregó que “a esta altura” no puede haber discusión sobre el tema y que incluso extender el derecho a 70 años “es poco”.

Luego hizo uso de la palabra Ubal, quien destacó que esta reivindicación “no interfiere con nada” y “no molesta a nadie”, ya que “simplemente es un ajuste para que los protagonistas no pierdan sus derechos”. Explicó que en la actualidad están empezando a caer los derechos “de toda la producción de los años 60, que en Uruguay fue muy fuerte”. “No tiene sentido que el Pepe Guerra suba al escenario a cantar ‘A don José’ y las primeras grabaciones, que son las más conocidas, estén en dominio público”, apuntó.

Por último, Popo Romano, que también estaba entre los músicos firmantes, sostuvo que Uruguay es “vanguardia” en una “gran cantidad de leyes”, pero en cuanto a los derechos de interpretación “estamos atrasados”. “A nadie se le ocurre pensar que la casa que construyeron mis abuelos, con mucho sacrificio, a los 50 años pase a ser de dominio público. Es un bien material, y todos tomamos conciencia de que eso pertenece a esas personas. Los compositores e intérpretes somos propietarios de un bien que es ilógico que tenga un tiempo de caducidad”, concluyó.

Otra canción

A todo esto, la diaria se contactó con Patricia Díaz, de Creative Commons, abogada especialista en propiedad intelectual, quien señaló que hay “mala información” y “una exageración en los argumentos” que plantea Sudei. Subrayó la diferencia entre derecho de autor y derecho conexo, ya que es este último el que se proponen extender. El artículo 14 de la Ley 9.739 (actualizado en 2003) establece que el autor “conserva su derecho de propiedad durante toda su vida, y sus herederos o legatarios por el término de 50 años a partir del deceso del causante”, pero de esto se encarga la Asociación General de Autores del Uruguay. Lo que reclama Sudei son los derechos de intérpretes y productores, que caducan 50 años después de que la grabación fue publicada, y que también corresponden a la Cámara Uruguaya del Disco (aunque no necesariamente la grabación puede ser publicada en un disco, también puede ser una canción tocada en vivo en la radio).

“Ellos dicen que cualquiera va a poder hacer lo que quiera con sus discos, pero no es cierto, porque no se pueden usar libremente. Pueden perder derecho conexo por los discos, lo que significa una pequeña pérdida de dinero, pero el control lo siguen teniendo”, señaló Díaz, y puso un ejemplo: en 2019 se cumplirán 50 años del primer álbum solista de Rada, que incluye uno de sus primeros éxitos, “Las manzanas”. Según la abogada, como Rada es el autor de la canción, no pierde potestad sobre la obra y la ley “obliga a que haya que pedir autorización para cada edición” que se haga de ella. Además, Díaz explicó que para que una canción pueda usarse sin autorización (para ser incluida en una película, por ejemplo) tiene que estar en dominio público tanto el derecho de autor como el conexo. “Si sacamos cuentas de cuánto pierden, es muy poca plata. Están queriendo cambiar una ley y ponerles más trabas a los proyectos de difusión del patrimonio, a cambio de muy poca plata”, finalizó.