El fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, pidió el procesamiento con prisión del soldado Leonardo Vidal Antúnez por el homicidio del militante del Movimiento de Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN) Nelson Berreta Hernández, detenido el 14 de julio de 1972 y asesinado en el barrio Conciliación mientras intentaba huir de los efectivos militares.
Unas horas antes de su muerte, Berreta fue detenido en la calle y llevado al Batallón de Infantería I, donde fue interrogado. Allí proporcionó información sobre dos supuestos locales del MLN, buscando una oportunidad para poder escapar. Los militares decidieron trasladar a Berreta hasta el primero de los locales, y dado que allí no había nadie, el militante solicitó bajar en la dirección Capitulares 1377. Con las esposas puestas, se lanzó a correr mientras gritaba: “Déjenme ir, no quiero volver”. El teniente coronel Sergio Velazco Villanueva ordenó abrir fuego y el soldado Leonardo Vidal Antúnez disparó varias veces. Una de esas balas llegó a la espalda de Berreta y lo hirió de muerte, mientras que otra alcanzó su pierna izquierda.
La Fiscalía tomó en cuenta los testimonios de los militares recogidos en el expediente del Juzgado Militar, en los que los otros militares vinculados con el operativo declararon que Velazco dio la orden de disparar y Vidal Antúnez la cumplió. En ese entonces, Velazco explicó que Berreta, en su intento de fuga, “recorrió aproximadamente unos 30 metros” y desoyó “las voces de alto”, por lo que ordenó que se “efectuara una ráfaga de subametralladora”. Por su parte, Vidal Antúnez aseguró que efectuó una “ráfaga de seis a ocho disparos” y presumió” que “los disparos que efectué hirieron al sedicioso Nelson Berreta”. En la sede judicial, el soldado repitió su relato de esa noche, pero aseguró no “haber efectuado los disparos” ni “firmado las actas”.