La Comisión de Población, Desarrollo e Inclusión del Senado terminó ayer de recibir a delegaciones, y desde la semana que viene comenzará a tratar y votar los artículos de la ley integral sobre personas trans. Marcos Otheguy (Frente Amplio, FA) dijo a la diaria que el objetivo del FA es que el proyecto pase al plenario “lo antes posible”, ya que está a estudio desde noviembre de 2017. “Se ha recibido a todas las organizaciones que han pedido ser recibidas, y creo que tenemos la información suficiente para que tenga un trámite relativamente rápido”, sostuvo, y aseguró que en la bancada del FA “hay voluntad de aprobar el proyecto con algunas modificaciones para mejorarlo”. Mencionó como ejemplo las sugerencias de Hugo Rodríguez, del Departamento de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Universidad de la República (Udelar), que planteó reparos a la redacción de varios artículos.

Ayer, cuatro organizaciones asistieron a la comisión: Asociación Familia y Vida, Asociación Civil Siembra, Colectivo Boomerang y Asociación Hacemos un Trato Uruguay. Boomerang fue la única que declinó dar declaraciones porque, según uno de sus integrantes, se trata de una organización “no secreta, pero sí discreta”.

Néstor Martínez, representante de Asociación Familia y Vida, dijo a la diaria que le preocupa que se instale en el sistema jurídico “el concepto de que el sexo asignado al nacer, como dice el proyecto, es convencional”. Dijo que “el ser humano se reproduce con la unión de los dos sexos, algo natural pero no convencional”. Para Martínez, la ley va a perjudicar a los niños adoptados porque “un varón que se autopercibe como mujer lógicamente va a querer ser madre, entonces va a querer adoptar, va a tener un niño que no va a recibir lo que una madre de verdad le puede dar”. Cabe acotar que el proyecto de ley integral trans no incluye ningún artículo que mencione la adopción, cuya regulación se establece en la vigente Ley 18.590, que modificó en 2009 lo dispuesto en la materia por el Código de la Niñez y la Adolescencia. Cuando se le señaló esto a Martínez, dijo que la falta de referencias al tema en el proyecto “también es un problema”, porque “una madre es una madre y un padre es un padre, la realidad no depende de nuestras autopercepciones. Hay gente que se autopercibe como Napoleón, por eso mismo está internada”.

El escribano Federico Baranzano y la pediatra Edivia Rodríguez fueron en representación de la Asociación Civil Siembra, que trabaja en prevención del suicidio y contra el maltrato infantil y la violencia de género. Baranzano afirmó que el proyecto es inconveniente porque habilita el acceso a tratamientos e intervenciones a menores de 18 años. Ayer, ante la comisión, Rodríguez centró su intervención en los tratamientos con hormonas, alegando que los niños “no están en condiciones de tomar una decisión que tiene consecuencias para su salud física y emocional para el resto de su vida”, porque la hormonización cruzada produce modificaciones que son “irreversibles”. La pediatra opinó que los mayores de 18 años se pueden hacer cargo de lo que deciden, pero “un niño no”, y afirmó que, como ella es madre, si un paciente le dice que tiene disforia de género, piensa en su hijo y dice “no”. “Es impensable dejar sobre las espaldas de un niño una decisión que tiene consecuencias como la infertilidad”, sentenció. Acerca de los adolescentes, sostuvo que “pueden pensar más y tener más razonamientos abstractos”, por lo cual se les puede explicar los riesgos, pero que de todos modos la decisión debe tomarse cumplida la mayoría de edad.

Consultado por la diaria, Daniel Márquez, docente de la Facultad de Medicina de la Udelar e integrante de la Unidad Docente Asistencial (UDA) que atiende a personas transexuales en el hospital Saint Bois, dijo que “en los tratamientos de readecuación corporal con hormonas uno de los efectos es sobre la fertilidad, pero no es el mismo en todas las personas, tiene mucha variabilidad”.

Azul Martorell, de la Asociación Hacemos un Trato Uruguay, sostuvo que se discutió mucho sobre la autonomía progresiva, asegurada por el Código de la Niñez y la Adolescencia, pero que nadie dijo que si los padres o los responsables legales lo permiten y “dicen ‘andá nene y operate’”, el menor se puede operar. “Antes era la opresión total, ahora es la liberación total. Si tiene un problemita ya tiene incongruencia de género y es trans”, comentó. Martorell dijo que el Estado tiene que ser más cuidadoso porque “son adolescentes y, con voluntad o sin voluntad, no se les puede dar [la opción]”. Para ella, ser trans “ahora es moda” y “les estamos dando la bandeja servida a los adolescentes para que se operen. Algunas organizaciones dicen que tienen ese derecho. ¿Derecho a qué? ¿A que les tajeen el cuerpo?”, preguntó. No obstante, aseguró que una cosa que no está contemplada es que se respete la voluntad del menor de ser llamado por el nombre con el que se identifica en los centros educativos, algo que cree que es positivo.

Sobre las asociaciones de ayer, Otheguy dijo a la diaria que el Parlamento tiene que ser más riguroso a la hora de conceder audiencias, ya que algunas de las organizaciones no parecían contar con la experiencia requerida para tratar el tema. Por su parte, el colorado Germán Coutinho dijo que la idea de la comisión era recibir a todos.